Un nuevo estudio de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia (EE.UU). Determina que tener falta de alimentos durante los primeros tres meses de embarazo puede ocasionar riesgos para el futuro bebé.
En concreto, el trabajo publicado en la revista American Journal of Epidemiology, asocia esta falta con un aumento de la mortalidad en general.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron la influencia de la situación definida como falta de nutrientes (esto es, menos de 900 calorías al día) durante el período comprendido entre 1944 y 1945 con la conocida “hambruna del invierno holandés” motivada por la Segunda Guerra Mundial. El seguimiento se realizó durante 63 años.
22.952 personas habían nacido en el momento de la ‘Hambruna Holandesa’, registrándose 5.011 muertes (durante el período de seguimiento). De ellas 1.938 (39%) fueron por cáncer, 1.040 (21%) por enfermedades del corazón, 1.418 (29%) de otras causas naturales y 523 muertes (10%) por causas externas.
“Las circunstancias que rodearon al invierno de 1944-1945, con la inanición de civiles causada por las condiciones de la Segunda Guerra Mundial, ofrecen una oportunidad única para estudiar los posibles orígenes fetales de las enfermedades comunes y la salud de los adultos y la gestación en los períodos críticos” explica L.H. Lumey, líder del estudio.
Los datos atestiguaron que la gestación temprana es muy sensible al medio ambiente y que “la exposición a la hambruna durante la primera infancia para aquellas personas nacidas antes de la hambruna no tuvo el mismo impacto en la mortalidad a largo plazo”.
Se trata del primer estudio que valora los posibles efectos a largo plazo de la privación de alimentos en distintas etapas del embarazo y la mortalidad a largo plazo.