El daño retardado de los rayos ultravioleta sobre piel

Las lesiones en los melanocitos, células productoras de melanina, pueden aparecer más de tres horas después de la exposición a los rayos solares, incluso en la oscuridad

A partir de ahora habrá que tener mucho más cuidado a la hora de tomar el sol o usar cabinas de bronceado. Según un estudio de la Universidad de Yale (EE.UU.), los amantes del sol pueden experimentar daños en su ADN, que pueden estar relacionados con el cáncer, muchas horas después de haber abandonado la playa o las cabinas de bronceado.

La culpa de este efecto ‘en diferido’ la tendría la melanina de la piel.

Hasta ahora, dicen los investigadores, se suele considerar que la melanina es un pigmento de protección, ya que bloquea la radiación UV que daña el ADN y contribuye al desarrollo de cáncer de piel.

El proceso se inicia cuando la radiación causa lesiones o roturas en el ADN que pueden conducir a mutaciones que provocan cáncer, y dichas lesiones suelen aparecer en menos de un segundo después de la exposición UV.

Pero lo que ha visto el equipo de Sanjay Premi en ratones y células humanas es que estas lesiones pueden aparecer en las células productoras de melanina (melanocitos) incluso más de tres horas después de la exposición a la radiación UV. El hallazgo, que se publica en «Science», muestra que la melanina tiene efectos tanto cancerígenos como protectores.

En su trabajo, los investigadores expusieron células de ratón y melanocitos humanos a la radiación de una lámpara de rayos UV. De esta forma vieron que la radiación causó un tipo de daño en el ADN en el que dos «letras» de ADN se unen y doblan el ADN, evitando que la información que contienen puedan leerse correctamente.

Para sorpresa de los investigadores, los melanocitos no sólo generan este daño de inmediato, sino que continuaron haciéndolo horas después de que finalizara la exposición. Sin embargo, las células sin melanina generaron daño en el ADN únicamente durante la exposición a UV.

Si nos fijamos en el interior de la piel de los adultos, la melanina protege contra este daño, pero al mismo tiempo, causa lesiones», explica otro de los autores, Douglas.

Los investigadores probaron la magnitud del daño que se produjo después de la exposición al sol evitando la reparación del ADN en muestras normales de ratón y vieron que la mitad de las lesiones en los melanocitos eran 'lesiones oscuras', es decir, formadas en la oscuridad.

Daño en la oscuridad

Los expertos creen que la radiación UV produce oxígeno reactivo y nitrógeno que excita o activa un electrón en la melanina, y dicha energía liberada a su vez produce las lesiones del ADN.

Según Premi, la luz UV activa dos enzimas que se combinan para «excitar» un electrón en la melanina. La energía generada a partir de este proceso, conocido como quimioexcitación, se transfirió al ADN en la oscuridad, provocando el mismo daño en el ADN que la luz solar durante el día. La quimioexcitación se había visto previamente únicamente en plantas y animales inferiores.

Aunque la noticia del efecto cancerígeno de la melanina es desconcertante, los investigadores también señalan que hay algo de esperanza: la lentitud de la quimioexcitación puede dar tiempo a desarrollar nuevas herramientas de prevención, como protectores solares diseñados para bloquear la transferencia de energía posterior a la exposición solar.

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