El aumento de los porcentajes de obesidad registrado en todo el mundo, con el consiguiente aumento en la incidencia de enfermedades derivadas de la misma, sobre todo en la población infantil, ha causado alarma creciente en todos los organismos y entidades responsables de la salud, los cuales han comenzado a tomar acciones al respecto, cada uno dentro de su área de competencia; es así como diferentes Estados del mundo ya han incorporado a sus legislaciones diversas medidas encaminadas a enfrentar este problema de salud pública, algunas con mayor éxito que otras.
Esta información es compartida por la Fundación Torres-Picón, la cual viene trabajando en divulgación preventiva de la obesidad infantil.
En los Estados Unidos, donde se calcula que un 36,5% de la población adulta es obesa, y que ostenta el nada envidiable primer lugar en el mundo en cuanto a obesidad infantil y juvenil, según estudios, ya varias ciudades han implementado diversas disposiciones legales para frenar el avance de este flagelo.
En Nueva York, por ejemplo, desde el año 2012 entró en vigor una iniciativa del entonces alcalde Michael Bloomberg por la cual se prohibió la venta de grandes cantidades de bebidas carbonatadas y refrescos azucarados en los restaurantes y establecimientos de comida locales; no obstante, la medida fue derogada al cabo de poco tiempo por el departamento de Justicia de la ciudad.
A pesar de la apelación del alcalde la sentencia se mantuvo, por lo que hasta el presente se puede obtener un “refill”, es decir, un segundo vaso de refresco en forma gratuita.
En otra región de la gran nación norteamericana, Filadelfia, se aprobó un impuesto a las ventas de bebidas carbonatadas, lo que generó grandes protestas por parte de la población.
Mejores resultados se han obtenido en México donde, a fin de combatir la creciente incidencia de diabetes; en el año 2014 se estableció un sobreprecio del 10% a las bebidas azucaradas; pasado un año se comprobó que las ventas de dichas bebidas habían descendido en un 12%, en tanto que las ventas de agua mineral embotellada aumentaron en un 4%.
En Europa, las estadísticas indican que son obesos alrededor del 15,9% de los adultos mayores de dieciocho años, cifra que se eleva en forma dramática en las personas mayores de treinta años: entre los hombres un 57% y entre las mujeres un 41% del total de la población son obesos; a nivel de países, las peores cifras las presenta Malta, un 26% del total de adultos son personas obesas.
Opuesto a esto, las mejores cifras se encuentran en Francia, donde se han hecho grandes esfuerzos por combatir la obesidad; a partir de 2004 se prohibieron las máquinas expendedoras de bebidas y alimentos en las escuelas; desde el 2011, en los comedores escolares sólo se pueden servir papas fritas una vez a la semana; en el 2012 se estableció un impuesto a la venta de bebidas carbonatadas para desestimular su consumo, y recientemente se estableció en bares y restaurantes la prohibición del “refill”, es decir, servir un segundo refresco carbonatado en forma gratuita.
Los resultados de estas medidas ya han comenzado a verse, entre los adultos mayores de dieciocho años, la tasa de obesidad alcanza a un 15,3%, más baja que el promedio europeo.
También en Japón se están tomando medidas contra la obesidad; en esa nación se promulgó una ley que obliga a los empresarios privados y a los organismos municipales a medir las cinturas de sus empleados con edades comprendidas entre los cuarenta y los setenta y cuatro años y a estimular entre su personal la práctica de ejercicios físicos.
Prohibiciones, impuestos y otras medidas restrictivas por lo general no son bien aceptadas por la población, pero en ciertos casos, como el del combate contra la obesidad, en oportunidades son quizás las más efectivas; probablemente sus resultados serán mejores si van respaldadas por una sólida, eficiente y permanente campaña de concientización y educación dirigida a la población a fin de que los ciudadanos conozcan los riesgos que implica la obesidad, y la importancia de que cada uno se haga responsable de cuidar su propia salud, adoptando un estilo de vida y unos hábitos nutricionales saludables.
No obstante, muchas de las normativas legales, han sido ubicadas por la realidad de los hechos en el campo del error y el ensayo, comenta Pedro J. Torres, directivo y vocero de la Fundación Torres-Picón (FTP).
Torres, al frente de esta iniciativa institucional de divulgación, enfocada en prevención de la obesidad y el sobrepeso infantil, así como en la promoción de la educación, las artes y la cultura como medios idóneos para la superación personal infanto juvenil y el desarrollo social, indicó que a más joven se tiene sobrepeso o se es obeso, peor puede ser el efecto en pérdida de años respecto a la expectativa de vida.
“Hay que profundizar y hacer más eficaz la lucha internacional por prevenir y controlar la obesidad”, dijo.