La alimentación puede influir en un cuadro alérgico. Por eso, entregamos algunas recomendaciones para aliviar esos molestos síntomas.
Se estima que el 30% de la población chilena sufre de alergia en primavera. Es que es precisamente en esta época del año que la alergia estacional se hace presente, provocando síntomas de rinitis, lagrimeo, picazón de ojos, de piel y de garganta.
Los pólenes de pasto son los más importantes en la patología alérgica. Pues, es la época ideal para su floración, sumado a las lluvias tardías que incrementan el crecimiento de los pastizales, más los días soleados con viento que levantan el polvo y el polen.
La floración de las gramíneas a través de las espiguillas generan uno de los pólenes más críticos. El 86% de los asmáticos y riníticos presentan una mayor susceptibilidad a este tipo de polen.
La alimentación puede ser un arma de doble filo, ya que, puede ayudar o agravar los síntomas. Para esto, la nutricionista de la Universidad del Pacífico, Stefanie Chalmers, entregó algunas recomendaciones:
Primero que todo hay que evitar la ingesta de elementos tóxicos que promuevan la activación inmunitaria y sus manifestaciones clínicas. Todos los alimentos fermentados o que hayan estado expuestos a contaminación microbiológica pueden contener histamia, o estimular su producción en el organismo.
La histamia es una sustancia química que actúa como hormona y neurotransmisor. Se libera en grandes cantidades en los procesos inflamatorios, por lo que es importante en las reacciones alérgicas y en el sistema inmunológico.
Quesos
Cerveza
Vino
Berenjena
Espinaca
Embutidos crudos
Pescado fresco o en conserva
Crustáceos
Huevos
Frutillas
Tomates
Chocolate
Piña
Alcohol
Maní
Té verde
Limón
Kiwi
Manzana
Plátano
Pera
Higos
Uvas
Mango
Melón
Sandía
Arándanos
Alcaparras
Cebolla