¿Sabía que el miedo, la tristeza o la inseguridad se pueden tratar?
Existe una flor para cada emoción. Esa es la receta del doctor Bach y su terapia floral, una de las más utilizadas en el mundo y uno de los diez tratamientos naturales más recurridos por los españoles
Edward Bach fue un médico inglés que investigó entre los años 1928 y 1936 las propiedades de 38 flores de la campiña inglesa aplicables a distintos problemas emocionales.
Esta terapia floral parte de la idea de que los desequilibrios emocionales son el origen de la enfermedades físicas y mentales, por lo que “promueve un método de tratamiento capaz de armonizarlos; disminuye la intensidad de padecimientos del ánimo, como el odio, y desarrolla la cualidad opuesta, por ejemplo, la tolerancia”, explica Susana Veilati, presidenta de la Asociación de Terapia Floral Integrativa (AFTI).
Veilati afirma que los remedios florales son compatibles y no sustituyen a otros tratamientos. Además, no tienen contraindicaciones, no hay riesgo de sobredosis, no inducen trastornos secundarios y no conllevan adicción. “Se benefician de ellos adultos, mujeres embarazadas, recién nacidos, niños, animales y plantas”, argumenta.
Las esencias florales son preparadas a partir de las flores de plantas silvestres y árboles que se sumergen en agua y se exponen al sol o la ebullición. Este proceso finaliza en una dilución bebible que se comercializa en pequeños frascos de 10 ó 20 mililitros en farmacias y tiendas especializadas.
Luís Jiménez, naturópata y presidente de la Comisión de Terapia Floral de la Asociación de Profesionales de las Terapias Naturales, (APTN COFENAT), advierte, sin embargo, que hay que diferenciar entre los remedios florales y la terapia floral basada en la filosofía del doctor Bach. “Una cosa es dar flores como remedio que puede utilizar cualquier persona en su casa, y otra es profundizar en la verdadera causa de la enfermedad”, afirma.
“Los terapeutas florales no trabajamos con la sintomatología física, sino con el ánimo que nos va a ayudar a vincular el remedio con la persona y su estado psicológico”, explica el experto de APTN-COFENAT.
Entre los pacientes que se acercan a esta terapia Jiménez distingue dos tipos: la gente que ya ha asumido su propio estado emocional y que atiende su parte espiritual “sin que esto tenga que ver con lo religioso”, y otro tipo que busca en la terapia floral una alternativa a la medicina convencional.
Otros sistemas florales
Las esencias de Orquídeas del Amazonas es otro sistema floral creado en 1990 por el alemán Andreas Korte que cuenta con veinte elixires preparados con un método en el que la flor no es cortada ni dañada en el proceso.
Además existen otras técnicas basadas en la flora autóctona de cada región. Así surgieron los sistemas de California, Brasil, Australia, Canadá, del desierto de Arizona, Alaska, Chile o, sin ir más lejos, las esencias de Madrid o Canarias.
En 1976 la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó a sus estados miembros la aplicación de medicinas alternativas, entre ellas la Terapia Floral de Bach. Además, en 1983 publicó un estudio dirigido a las administraciones sanitarias sobre la medicina tradicional en donde recomienda explícitamente esta terapia.
En España, la Organización Médica Colegial (OMC) no reconoce las flores de Bach como práctica médica. El doctor Cosme Naveda, coordinador del Área para Relaciones con Terapias no Convencionales de la OMC, afirma que “se trata, en todo caso, de técnicas que pueden producir sosiego y relajación en la persona, siempre que ésta se lo crea, y de esta forma, secundariamente, proporcionar bienestar, pero nunca como procedimiento terapéutico”.
José Manuel Rodríguez, catedrático de botánica y director de la Escuela de Jardinería Joaquín Romero Murube de Sevilla, explica que desde un punto de vista científico y universitario no se ha estudiado seriamente el que una esencia floral pueda afectar al caracter o la dimensión psicológica de una persona y las investigaciones que hay corresponden a seguidores de esta terapia. “Yo no soy de los escépticos pero si de los prudentes”, añade el botánico.