Washington (Estados Unidos) EFE.- La fusión de células normales puede provocar "catástrofes genómicas" que desencadenen procesos cancerígenos y favorezcan la formación de tumores, según un estudio publicado este lunes por la revista "The American Journal of Pathology".
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan y la Clínica Mayo, ambos en Estados Unidos, apunta que esta fusión (que se produce cuando la célula se daña, se inflama o sufre una infección vírica) puede transformar células normales en cancerígenas.
Para llegar a esa conclusión, los científicos se centraron en el análisis de células epiteliales intestinales IEC-6 de ratas, especialmente apropiadas ya que cuentan con dos conjuntos de cromosomas, carecen de las características cancerígenas y se replican con normalidad.
Los investigadores sometieron estas células a procesos de estimulación química para provocar su fusión, y posteriormente inyectaron estas células fusionadas en ratones de laboratorio.
Los datos registrados indicaron que en los 12 meses siguientes a ser inyectados se detectó la formación de tumores en el 61 % de los ratones con células fusionadas, mientras que en el caso de células no fusionadas de los ratones del grupo de control, no había tumores.
"Descubrimos que un acto de fusión con células normales, no transformadas y citogenéticamente estables pueden provocar inestabilidad cromosómica, daño en el ADN, transformación celular y desarrollo maligno", explican los autores.
El doctor Jeffrey L. Platt, de la Universidad de Michigan-Ann Arbor, señaló que esta "inestabilidad cromosómica", que se refiere a los cambios en la apariencia y número de cromosomas, es característica de los procesos cancerígenos.
Asimismo, Xiaofeng Zhou, otro de los autores principales del estudio y también de la misma universidad, recalcó que el hallazgo demuestra que "una sola fusión celular puede desencadenar procesos malignos y alimentar la evolución del tumor que conlleva".
Hasta ahora, se conocía que la fusión celular podía estar detrás de los múltiples cambios genéticos en los que se desarrolla el cáncer, pero no se había observado un vínculo directo entre ambos elementos.