A lo largo de la historia los psicólogos han llegado a interesantes y contrastadas conclusiones a través de ingeniosas investigaciones.
“En ocasiones, la creatividad de los psicólogos ha sacado lo mejor de ellos mismos con impresionantes estudios”, comenta el psicólogo Ronald E Riggio en Psychology Today quien ha recogido los cinco experimentos psicológicos más curiosos de la historia.
La psicología, que literalmente significa «el estudio o tratado del alma» y hoy día se conoce como la ciencia que trata la conducta y los procesos mentales de los individuos, ha tratado de dar explicación a los comportamientos humanos y animales desde tiempos romanos.
1. Estudio urinario: explicando a qué se debe la inhibición al orinar
A muchas personas les ocurre que no son capaces de orinar si tienen a alguien al lado o saben que les pueden escuchar. Los psicólogos trataron de dar explicación a esta conducta a través de una investigación centrada en cómo la presencia de otras personas en el baño de hombres podía provocar cierta excitación negativa afectando al rendimiento al orinar.
La idea de este curioso estudio era analizar cómo la invasión del espacio vital afecta a la gente en actividades fisiológicas consideradas mecánicas.
Las mujeres que viven juntas tienden a sincronizar sus ciclos menstruales estableciendo que se debía a la influencia de las feromonas Así, para entender cómo la cercanía de otras personas influía en qué los hombres pudiesen o no orinar, se tomó como medida el tiempo que tardaba en empezar a fluir el chorro de orina.
“La variable independiente fue la presencia o ausencia de otra persona en el urinario de al lado”, explica E Riggio.
¿Cómo midieron los investigadores el inicio de la micción? ¿Por el sonido?
No. Contaron con un observador al que se sitúo cerca del baño acompañado con un periscopio para que pudiese observar el momento exacto en el que comenzaba a fluir la orina.
2. Estudio de los misiles guiados por palomas de Skinner
Durante la Segunda Guerra Mundial, el psicólogo conductista Burrhus Frederic Skinner entrenó a palomas para que fuesen a picotear a objetivos de bombardeo con el objetivo de que su presencia en un determinado lugar sirviese de guía para dirigir los misiles aéreos.
El gobierno de Estados Unidos donó cerca de 25.000 dólares para financiar esta investigación, pero en realidad nunca se utilizó. Es decir, podría decirse que ninguna paloma sufrió (ni murió) durante este estudio que, finalmente, no sirvió para nada.
3. Estudio del buen samaritano: ¿por qué ayudamos a los demás?
El conocido como el estudio sobre el buen samaritano trataba de entender a qué se deben los comportamientos humanos similares a los de la parábola relatada en el Evangelio de Lucas, (capítulo 10, versículos del 25 al 37) que habla sobre las virtudes de ayudar al prójimo.
Para ello se reclutó a un grupo de seminaristas para que diesen un sermón en una universidad sobre la historia bíblica en la que el buen samaritano se detiene para ayudar a un extraño que se encuentra herido en mitad de la carretera.
Los investigadores colocaron a una persona desplomada y suplicando ayuda en un portal próximo a donde darían la charla para observar el grado de urgencia (alta, moderada o de grado menor) con el que decidían auxiliar al supuesto malherido.
La invasión del espacio vital afecta a la gente en actividades fisiológicas consideradas mecánicas
Apenas el 10% de los ponentes se detuvo a ayudar como si fuera una urgencia de grandes dimensiones y cerca del 63% lo consideró una situación de baja urgencia.
El estudio demostró que aunque el tema del sermón que iban a dar era la importancia de socorrer al prójimo, “los participantes apresurados fueron incapaces de practicar lo que profesionalmente predicaban”, resume el psicólogo.
4. Estudio sobre la menstruación y la sincronización entre las mujeres
El estudio original, publicado en 1971 en la revista Nature, demostró que las mujeres que viven juntas tienden a sincronizar sus ciclos menstruales debido a la influencia de las feromonas.
Aunque estos resultados son comúnmente conocidos y defendidos por muchas personas, lo cierto es que ninguna de las investigaciones posteriores ha logrado encontrar pruebas concluyentes de que la sincronización menstrual tenga una explicación hormonal.
5. Estudio sobre el contagio del bostezo
Como comenta E Riggio “todos lo hemos experimentado: alguien bosteza y parece que nos lo pega”. ¿Es algo innato en el ser humano o un comportamiento aprendido?
Algunos estudios sugirieron que la empatía era la responsable de esta especie de mímesis generalizada. Sin embargo, una investigación centrada en el contagio del bostezo demostró que la necesidad de bostezar tras ver a alguien hacerlo estaba relacionada con la edad porque observaron que entre los niños pequeños no se da este contagio.
“No obstante”, añade el psicólogo, “no se ha investigado más sobre las razones que explican por qué se contagian los bostezos por lo que aún se desconoce”.
Fuente: El confidencial