Al menos nueve casos de hepatitis A registrados en Australia se deben al consumo de bayas congeladas producidas y embaladas en China, lo que ha vuelto a abrir un debate sobre el origen y el etiquetado de los alimentos.
Aunque muchos nutricionistas destacan las bondades para la salud de las bayas, con fuerte poder antioxidante, los australianos que las han consumido en las últimas semanas temen por su salud.
La hepatitis A es una enfermedad del hígado, que provoca un fuerte cansancio, fiebre y dolores abdominales, entre otros.
La empresa australiana Patties Foods Ltd. ha retirado de los anaqueles de los supermercados todos los productos sospechosos. La medida también afecta a otros productos de esta empresa.
Las bayas, una mezcla de fresas, frambuesas, arándanos, han crecido en Chile y en China, pero han sido embaladas en este último país, que es un suministrador de Patties Foods, antes de ser enviadas a Australia.
"Presentamos nuestras excusas a los consumidores y a los clientes por la preocupación y la angustia generadas", declaró el martes el presidente de Patties Foods, Steven Chaur.
"Estas bayas han sido embaladas en China, donde la hepatitis A es endémica", explicó en la radio pública ABC, el doctor Finn Romanes, del ministerio de Salud del Estado de Victoria.
"Algunos indicios muestran que la contaminación ha tenido que ocurrir durante el embalaje del producto", agregó.
Según la Organización Mundial de la Salud, la hepatitis A "se produce esencialmente cuando una persona no infectada ingiere agua o alimentos contaminados con materias fecales de una persona infectada". La enfermedad está relacionada con la falta de agua potable y malas condiciones de higiene.
"Hay un riesgo de que otras personas estén afectadas por la hepatitis A y en las próximas semanas se declare la enfermedad", advirtieron las autoridades sanitarias del Estado de Nueva Gales del Sur. El periodo de incubación de la hepatitis A es generalmente de 14 a 28 días.
China, que en noviembre firmó con Australia un acuerdo de libre comercio, ha se ha visto envuelta en varios escándalos sanitarios. El más sonoro remonta a 2008 cuando leche contaminada con melamina provocó en el país la muerte de seis bebés y afectó a más de 300.000.
En 2012, unos 10.000 alumnos alemanes sufrieron una intoxicación alimentaria, tras almorzar en un comedor escolar, donde había unas fresas congeladas procedentes de China.
- "Etiquetado ridículo"-
El ministro de Agricultura australiano, Barnaby Joyce, manifestó su "profunda preocupación" por este problema de salud pública y echó la culpa al "etiquetado". "Tenemos un producto que ha pasado por varios países y que llega a nuestro mercado", subraya.
La dirigente del partido de los Verdes australiano, Christine Milne, exhortó a que en el etiquetado haya mayor información y no como ahora que se limita a señalar "fabricado con ingredientes locales e importados", lo que para ella "no significa nada".
La asociación de consumidores Choice recordó que tras el "fiasco de las bayas", es necesario que los australianos "puedan elegir con información lo que comen".
La Federación de Agricultores de Victoria aconsejó a los australianos que compren productos 100% locales. "La calidad de las frutas y verduras australianas es la mejor del mundo (…) Son las que están más reglamentadas", dijo.