Santiago.-La Conferencia del Episcopado Dominicano en su carta Pastoral con motivo del día de la Altagracia pidió mayor presencia en el campo de la salud, en momentos que se promueven esquemas y prácticas que buscan afectar la vida de las personas, especialmente, de las mujeres y su vida reproductiva, así como la de los niños en el vientre materno.
El mensaje de los obispos, refiere que la evangelización de la cultura con sus nuevos desafíos presentada por la nueva cultura que va tomando amplios campos de la vida de hoy, siguen la tradición de la vida consagrada de contribuir a la construcción de una cultura humana y cristiana y que logre el diálogo entre cultura y fe.
Agrega que es de vital importancia y urge a todos que “estamos asistiendo a un mundo y una sociedad enferma, donde la más perjudicada está siendo la estructura familiar con el detrimento de sus más sanos valores, causa a su vez del deterioro de la misma sociedad. Urge pues, una mirada y una atención especial a la pastoral de la familia desde todas las posibilidades y ámbitos de nuestra Iglesia”.
La conferencia del episcopado, que es presidirá por monseñor Gregorio Nicanor Peña, obispo de Higüey, señala en la carta pastoral que el Papa Francisco ha convocado un Año de la Vida Consagrada con motivo del 50 aniversario de la constitución dogmática Lumen Gentium (LG), sobre la Iglesia, que en el capítulo sexto trata de la misma, así como del decreto Perfectae Caritatis (PC), sobre la renovación de la vida religiosa, iniciado el pasado 30 de noviembre, primer Domingo de Adviento, y que terminará con la fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero de 2016.
Refiere que la Iglesia que peregrina en la República Dominicana, acoge con gozo, gratitud y esperanza esta propuesta del Papa y la ha hecho parte de su Plan Nacional de Pastoral junto al valor de la solidaridad con el lema “Amor y solidaridad, camino de santidad”.
Plantea la inserción en el lenguaje digital y una mayor presencia en los demás medios de comunicación social del mundo de hoy a través del uso inteligente y adecuado de los medios electrónicos y de las redes sociales para anunciar el Evangelio especialmente a la nueva generación.
Además propone el reconocimiento de la dignidad de la mujer, de su aportación específica a la vida, a la sociedad y a la acción pastoral y misionera de la Iglesia desde el Evangelio y con una visión global sin dejarse conquistar por concepciones unilaterales.