La altitud elevada afecta a la presión arterial

En un nuevo estudio realizado en las alturas del monte Everest, unos investigadores italianos hallaron que la presión arterial aumenta de forma constante cuando se asciende a lugares de gran altitud.

También descubrieron que un medicamento cuyo uso está generalizado para tratar la hipertensión no era efectivo cuando los escaladores alcanzaban una cierta altitud.

Los hallazgos, publicados en línea el 27 de agosto en la revista European Heart Journal, podrían afectar no solamente a las personas que suben a grandes altitudes, sino a los que están a nivel del mar y tienen apnea del sueño, en la que una vía respiratoria bloqueada temporalmente detiene la respiración, además de otras enfermedades crónicas.

Los investigadores se unieron a una expedición de 47 voluntarios que viajaron al campamento base del monte Everest, que está a una altitud de 5,400 metros, o aproximadamente 17,000 pies. Los voluntarios llevaron monitores de presión arterial que hacían las lecturas durante las 24 horas a medida que escalaban hasta el campamento base.

Los participantes también recibieron aleatoriamente 80 miligramos (mg) de telmisartan, un medicamento para bajar la presión arterial, o un placebo. El telmisartan es un bloqueador del receptor de la angiotensina (BRA) porque bloquea los efectos de un péptido llamado angiotensina II, que provoca que los vasos sanguíneos se estrechen. Los investigadores también recogieron muestras de sangre.

Descubrieron que la exposición a la altitud muy elevada de 5,400 metros era responsable de un aumento de 14 mmHg de la presión arterial sistólica y de 10 mmHg de la presión arterial diastólica, promediados durante un periodo de 24 horas de monitorización. También descubrieron que aunque el telmisartan redujo significativamente la presión arterial a nivel del mar y a 3,400 metros de altura (11,155 pies), no se observó ningún efecto al poco tiempo después de llegar a los 5,400 metros.

"Este aumento de la presión arterial se debe a varios factores, el más importante de los cuales son los efectos de la privación de oxígeno al aumentar la actividad del sistema nervioso simpático del cuerpo. Esto hace que el corazón trabaje más y que los vasos sanguíneos periféricos se estrechen", añadió.

Los hallazgos podrían tener una serie de implicaciones para los que tienen enfermedades o afecciones que pueden resultar en la privación de oxígeno, afirmó en un comunicado de prensa de la revista el líder del estudio, Gianfranco Parati, director del Laboratorio de Investigación de Cardiología del Istituto Auxologico Italiano en Milán.

Podrían ayudar en "la gestión de los pacientes con enfermedades crónicas, incluyendo la insuficiencia cardiaca crónica, en la que la respiración se interrumpe periódicamente, un empeoramiento agudo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la apnea del sueño obstructiva y la obesidad grave. En conjunto, estas afecciones afectan a más de 600 millones de personas en todo el mundo, lo que hace que nuestros resultados sean muy significativos desde una perspectiva clínica", aseguró.

"Nuestros hallazgos también nos permiten tomar las medidas adecuadas para advertir a los pacientes con problemas cardiovasculares sobre la necesidad de tener precaución si van a exponerse a una altitud alta por ocio o por trabajo", concluyó Parati.

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