Amenorrea (falta de menstruación en la mujer); tipos de amenorreas y síntomas

Amenorrea: La amenorrea es la falta de menstruación en una mujer.

Se pueden clasificar en dos grandes grupos: amenorreas primarias y amenorreas secundarias. Las amenorreas primarias son aquellas en las que una mujer nunca ha menstruado, a pesar de haber alcanzado una edad en la que esto ya debería haber ocurrido, y que se establece entre los 16 y los 18 años como máximo; y las amenorreas secundarias son aquellas que le suceden por algún motivo a una mujer que hasta ese momento menstruaba con regularidad.

Para comprender mejor las causas de las amenorreas hay que recordar brevemente el ciclo menstrual de la mujer. Hay dos partes bien diferenciadas: la fase folicular (que sucede desde la menstruación hasta que se produce la ovulación) y la fase de cuerpo lúteo (desde la ovulación hasta la nueva menstruación).

Durante la fase folicular la síntesis de estrógenos aumenta progresivamente gracias a la acción de la FSH, una hormona que se secreta en la hipófisis; cuando la concentración de estrógenos es muy grande se produce un pico de secreción de LH (también en la hipófisis) que hace posible la ovulación.

En la fase del cuerpo lúteo predomina la progesterona, que es sintetizada por el cuerpo lúteo -que se forma en el ovario, en el lugar ocupado antes por el ovocito-, y que actúa creando un ambiente en el cuerpo de la mujer que favorece el embarazo. Si no se produce una gestación, el cuerpo lúteo se agota, y la falta de progesterona hace que el endometrio del interior del útero degenere y se desprenda produciéndose la menstruación.

Tipos de amenorrea y síntomas


Las amenorreas se pueden dividir en amenorreas primarias y amenorreas secundarias, y cada uno de estos tipos de amenorreas se deben a diferentes causas.

Las amenorreas primarias son poco frecuentes. Podemos hablar de amenorrea primaria cuando al cumplir los 16 años una mujer no ha menstruado ni ha desarrollado caracteres sexuales secundarios (si tiene caracteres sexuales secundarios puede ser normal no menstruar hasta los 18 años).

Las amenorreas secundarias son mucho más frecuentes que las amenorreas primarias, sobre todo porque en este grupo se incluyen las amenorreas fisiológicas, es decir, las falta de menstruación en la mujer por causas naturales. La falta de menstruación de forma puntual en una mujer no es una amenorrea, sólo podemos hablar de amenorrea secundaria cuando falta la menstruación durante al menos seis meses seguidos en una mujer que antes ya había tenido la regla.

Síntomas de amenorrea

Obviamente, el síntoma principal de amenorrea es la ausencia de menstruación en la mujer. El resto de síntomas que presente puede orientar al médico hacia la causa de esa amenorrea (vómitos en el embarazo, por ejemplo).

Excepto en las situaciones fisiológicas, la amenorrea es una manifestación de una alteración hormonal subyacente y, en la mayoría de los casos, la supresión de estrógenos y progesterona es la clave del problema. Por ello, muchas mujeres sufren a la vez regresión de caracteres sexuales (disminución de las mamas, desaparición de vello…) y alteraciones metabólicas de importancia, siendo la más importante la osteoporosis. Por ello, en una mujer con una amenorrea prolongada se debe estudiar la densidad ósea de sus huesos, sea cual sea su edad.

Otros síntomas que en ocasiones acompañan a la amenorrea, aunque siempre dependen de la causa que haya provocado la falta de menstruación, son: sequedad vaginal, aumento o pérdida de peso importante, hirsutismo, galactorrea (cuando las mamas de una mujer que no está embarazada secretan leche materna), molestias abdominales cíclicas sin sangrado, dolor de cabeza, acné…

Causas de amenorrea primaria

Las causas de amenorrea primaria se pueden dividir en dos grandes grupos: anomalías hormonales y anomalías de los genitales.

Anomalías hormonales

Hipogonadismo hipogonadotropo: ausencia de desarrollo de las gónadas sexuales por ausencia de hormonas que las estimulen. Puede ocurrir por una causa simplemente hormonal, o también por tumores del cráneo o accidentes en los que se haya producido un traumatismo.

Pubertad retrasada: puede que el desarrollo hormonal de una niña suceda con retraso. En el niño suele ocurrir con cierta frecuencia y por causas fisiológicas, pero en las niñas es raro, y hay que descartar enfermedades que lo provoquen.

Síndrome de Kallman: alteración congénita de las células productoras de GnRH. Se acompaña de alteración de las células encargadas del olfato, por lo que las niñas que lo padezcan tendrán amenorrea por fallo hormonal y anosmia (falta de olfato).
El tratamiento en estos casos consistirá en intentar solucionar la causa o aportar suplementos de las hormonas que faltan.

Anomalías de los genitales

Lo que determina que una persona desarrolle unos genitales internos y externos masculinos o femeninos (testículos u ovarios) es el cromosoma sexual Y, que puede aportar o no el padre. Cuando hay un cromosoma Y que funciona correctamente se formarán testículos y apariencia masculina, cuando no hay Y (porque el padre aporte un X, o simplemente porque no haya) se formarán ovarios y apariencia femenina. Hay varias situaciones en las que se altera la formación genital en una mujer, las más importantes son:

Síndrome de Turner: es la causa más frecuente de amenorrea primaria. Sucede por una alteración genética en la que en vez de 46 cromosomas sólo hay 45 porque falta el segundo cromosoma sexual Y o X. En ausencia de cromosoma Y se forman genitales externos femeninos, y los internos también serán femeninos pero malformados (ovarios fibrosos no disfuncionales). Este síndrome se acompaña además de malformaciones (cuello alado, coartación de aorta, linfedema, etcétera) y baja altura.

Síndrome de Swyer: en este caso el número de cromosomas es correcto (46, y con los cromosomas sexuales XY), pero el cromosoma Y no funciona, de forma que los genitales externos serán femeninos y los internos, una vez más, serán disfuncionales (testículos fibrosos). En este caso, la niña no presentará malformaciones y su apariencia será la de una niña normal.

Estas mujeres no pueden tener descendencia, pero no tienen por qué presentar más problemas.
Síndrome de Morris: también llamado pseudohermafroditismo masculino. Los cromosomas ahora son completamente normales con XY, es decir, una carga genética masculina.

Sin embargo, la hormona masculina por excelencia, que es la testosterona, no puede actuar porque todas las células del cuerpo son resistentes a ella. Esto hace que la apariencia sea completamente femenina, con genitales femeninos, pero con testículos intra-abdominales, que segregan mucha testosterona, y deben extirparse porque suelen degenerar en cáncer.

Como en el sídrome de Swyer, no podrán tener descendencia, pero por lo demás no presentan otros problemas.
Síndrome de Rokitansky: el problema en este caso no es genético (los cromosomas son normales con carga sexual femenina XX), sino que está en la formación directa del aparato genital.

La vagina, el útero y las trompas presentan distintas alteraciones, incluida su ausencia completa.

Los ovarios son normales, así que su producción hormonal femenina es normal, y sólo requerirán cirugía para poder tener una vida sexual con normalidad.

Himen imperforado: en este caso no hay alteraciones genéticas ni malformaciones del apartado genital. Simplemente el himen, que suele ser una membrana casi completa en la entrada de la vagina, que se rompe con el inicio de las relaciones sexuales o en cualquier otra situación, tapa completamente la salida de la vagina, de forma que cuando aparece la primera menstruación la sangre no puede salir y se acumula en la vagina. Llega un momento en el que aparecerá dolor y el himen se abombará; el médico simplemente tendrá que rasgarlo para permitir la salida del flujo menstrual.

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