MADRID. (elmundo.es). Cuando compró su entrada para el concierto de Motörhead, el paciente X probablemente nunca pensó en que su experiencia acabaría retratada en una revista médica. Sin embargo, lo ocurrido aquel día de finales de 2012 ha merecido un hueco en el último número de la prestigiosa The Lancet.
Los doctores Pirayesh, Polemikos y Krauss, del Departamento de Neurocirugía de la Medizinischen Hochschule de Hannover (Alemania), detallan en la publicación el caso de este hombre de 50 años que llegó a su consulta aquejado de un fuerte dolor de cabeza que llevaba atormentándole dos semanas.
Los análisis y la exploración neurológica inicial eran normales, por lo que los especialistas decidieron realizarle una tomografía axial computerizada en el cráneo que reveló la existencia de un hematoma subdural, una lesión que con frecuencia se produce tras un traumatismo craneal grave.
El paciente manifestaba no haber sufrido ningún golpe reciente, por lo que los neurólogos tuvieron que ‘bucear’ en sus hábitos de las últimas semanas para encontrar la causa del hematoma. Según sus pesquisas, lo único que podría haber provocado la lesión habían sido los continuos movimientos de cabeza que el paciente aseguró haber realizado en el concierto de Motörhead al que había asistido semanas atrás.
“El paciente no tenía ninguna historia de trauma en la cabeza, así que asumimos que el cabeceo, con sus marcadas fuerzas de aceleración y deceleración adelante y atrás, condujo a una ruptura de las venas causando una hemorragia en el espacio subdural [la zona que existe entre las membranas duramadre y aracnoides, que recubren el cerebro]“, señalan los investigadores en la revista médica.
En sus conclusiones, los especialistas reconocen que el paciente presentaba un quiste aracnoideo en la fosa craneal media, lo “que podría considerarse un factor de predisposición” para la hemorragia, si bien subrayan que el del paciente X no es el único caso médico relacionado con el característico cabeceo que realizan los seguidores del ‘heavy metal’ y el rock duro.
“Aunque generalmente se considera no dañino, se le han atribuido complicaciones médicas”, como disección de la arteria carótida, traumatismo cervical o fracturas dentales, señalan los investigadores, que encontraron en la literatura médica otros tres casos de hematoma subdural relacionado con el cabeceo.
La revista British Medical Journal ya dedicó un artículo a estas llamativas lesiones en su tradicional número navideño de 2008. En él, dos profesores de la Universidad New South Wales de Sydney (Australia) mostraban, tras un concienzudo estudio, que las sacudidas con las que muchos amantes de bandas como Motörhead, Mötley Crüe o Iron Maiden acompañan sus canciones favoritas aumentan el riesgo de sufrir lesiones en el cuello y la cabeza.
Según señalan los neurocirujanos alemanes en The Lancet, el paciente se recuperó sin secuelas después de someterse a un procedimiento para eliminar el hematoma.