OMS, CDC y prestigiosos centros médicos alertan sobre el avance imparable de bacterias resistentes

APUNTE.COM.DO, REDACCIÓN INTERNACIONAL. El mundo entra en una etapa crítica en el ámbito de la salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que la resistencia antimicrobiana avanza más rápido de lo previsto y ya representa una amenaza real para todos los sistemas sanitarios.

La directora de la OMS, Dra. Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que el fenómeno podría “revertir medio siglo de avances médicos”. El organismo solicita a los países reforzar sus programas de vigilancia y controlar con mayor rigor la venta y uso de antibióticos.

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) también elevó su nivel de alerta. Su directora, Dra. Mandy Cohen, informó que en los últimos dos años se ha registrado un aumento significativo de infecciones resistentes, especialmente en hospitales de alto flujo.

Científicos del Instituto Pasteur de Francia, el Hospital Universitario Karolinska de Suecia y el King’s College London coinciden en que las bacterias están evolucionando con una rapidez sin precedentes. La investigadora británica Dra. Sarah Whitfield explicó que “el mal uso de antibióticos en la población general se ha convertido en el combustible principal de esta crisis”.

En América Latina, instituciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Instituto Nacional de Salud de Colombia han reportado cepas más agresivas en entornos hospitalarios. En República Dominicana, especialistas del Hospital General Plaza de la Salud y la Universidad Iberoamericana (UNIBE) recomiendan fortalecer la educación sobre automedicación, una de las prácticas que más alimenta la resistencia bacteriana.

La preocupación es global: enfermedades que antes se trataban con facilidad podrían convertirse en amenazas mortales si no se adoptan medidas firmes en los próximos años.

Comentario de Ramiro Estrella, periodista y abogado, director ejecutivo de Apunte.com.do:
La comunidad internacional está dando una señal clara: esta crisis no es futura, es presente. La salud mundial exige acción inmediata. Prevenir, educar y regular no son opciones, son obligaciones. Cuando se trata de la vida, no hay espacio para la indiferencia.

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