Según dos ensayos médico publicado en The New England Journal of Medicine, la apalutamida y enzalutamida prolongan la de pacientes con cáncer de próstata no metastásico resistente a la castración.
Sin embargo, en algunos casos la agresividad del tumor hace que no responda a los tratamientos hormonales estándar, que consisten en la privación de andrógenos (hormona masculina) mediante la administración de medicamentos, o la extirpación de los testículos.
La privación de andrógenos, además, deja de funcionar en la mayoría de los pacientes, que desarrollan lo que se conoce como cáncer de próstata no metastásico resistente a la castración, que afecta a alrededor de 150.000 varones cada año en el mundo.
Con el tiempo, en muchos casos el tumor hace metástasis – principal responsable de complicaciones y muerte– en otras zonas del organismo como los huesos, o los ganglios linfáticos.
Ahora, los resultados de estos dos ensayos clínicos independientes acaban de demostrar que dos fármacos distintos pueden proporcionar a estos pacientes dos años más de supervivencia libre de metástasis, retrasando así la extensión de la enfermedad y la necesidad de quimioterapia u otros tratamientos contra el dolor.
En los pacientes tratados con apalutamida transcurrieron 40,5 meses hasta que el cáncer se extendió lo suficiente para ser detectado, frente a 16,2 meses en los que recibieron placebo
Se trata de apalutamida y enzalutamida, inhibidores de los receptores de andrógenos, que funcionan impidiendo a la testosterona unirse a las células del cáncer de próstata, y que han sido probados en sendas investigaciones en las que han participado más de 1.200 pacientes procedentes de varios países, y cuyos resultados se han presentado en el Genitourinary Cancers Symposium en San Francisco.
En estos estudios, dos tercios de los participantes tomaron uno de estos fármacos, y el tercio restante recibió placebo, aunque a todos se les siguió administrando la terapia de privación de andrógenos.
El ensayo con apalutamida mostró que en los pacientes tratados con este medicamento transcurrieron 40,5 meses hasta que el cáncer se extendió lo suficiente como para que fuera detectado con pruebas convencionales, frente a los 16,2 meses que tardó en propagarse la enfermedad en aquellos a los que se administró placebo.
En el estudio con enzalutamida se comprobó que la metástasis no se produjo hasta 36,6 meses después de iniciarse la terapia con el fármaco, en comparación con 14,7 meses en el grupo placebo.
Eric Small, investigador de la Universidad de California en San Francisco, y codirector del estudio de la apalutamida, ha declarado que su investigación ha confirmado que el tratamiento con apalutamida mejora la supervivencia libre de metástasis en varones con cáncer de próstata resistente a la castración y metástasis no detectables, y que actualmente no se dispone de terapias aprobadas para tratar a los pacientes en esta situación, y es preciso esperar a que la enfermedad avance para añadir los tratamientos aprobados para enfermedad metastásica.
Por ello, el especialista opina que habría que suministrar apalutamida a los pacientes con castración no metastásica –cáncer de próstata resistente– porque puede ayudar a retrasar o prevenir el desarrollo de metástasis y otras complicaciones relacionadas con la progresión de esta neoplasia.