APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -En los últimos años, la medicina natural ha ganado terreno entre personas que buscan alternativas complementarias para mejorar su bienestar, especialmente frente a afecciones asociadas al estilo de vida moderno. Una de ellas es el llamado hígado graso, una condición cada vez más frecuente vinculada a la obesidad, el colesterol elevado, los triglicéridos altos y la diabetes.
En este contexto, diversas tradiciones populares y corrientes de la medicina natural destacan el consumo de ciertas frutas como apoyo para la salud hepática. Entre ellas, el tamarindo ha llamado la atención por sus propiedades nutricionales y su uso ancestral en infusiones y bebidas naturales.
El hígado graso, una condición silenciosa
El hígado graso ocurre cuando se acumula grasa en las células hepáticas, lo que dificulta el correcto funcionamiento de este órgano vital. En muchos casos no presenta síntomas evidentes, pero puede evolucionar hacia problemas más serios si no se controla mediante cambios en la alimentación, actividad física y supervisión médica.
Especialistas coinciden en que no existe una solución milagrosa, pero sí hábitos que pueden ayudar a mejorar la salud del hígado.
¿Qué aporta el tamarindo?
Desde la perspectiva de la medicina natural, el tamarindo es valorado por su contenido de:
Ácidos orgánicos
Vitaminas y minerales
Estos componentes pueden contribuir al buen funcionamiento digestivo y hepático cuando se integran a una dieta equilibrada.
Algunas prácticas tradicionales utilizan infusiones de hojas de tamarindo o jugos preparados con la pulpa del fruto como complemento alimenticio, siempre acompañados de una alimentación saludable.
Uso tradicional más difundido
Una de las preparaciones más comunes en la medicina popular consiste en hervir hojas de tamarindo en agua y consumir la infusión una o dos veces al día. Otra opción es preparar un jugo natural con la pulpa del tamarindo, sin semillas, diluido en agua.
No obstante, expertos advierten que estos preparados no sustituyen tratamientos médicos, y su consumo debe considerarse como un apoyo complementario, no como una cura definitiva.
La recomendación clave
Profesionales de la salud recuerdan que el manejo del hígado graso requiere:
Alimentación balanceada
Reducción del consumo de grasas y azúcares
Actividad física regular
Control médico periódico
Las frutas y remedios naturales pueden formar parte de un estilo de vida saludable, pero siempre con orientación profesional, especialmente en personas con diabetes, hipertensión o enfermedades crónicas.
Conclusión
El tamarindo, como muchas frutas, puede aportar beneficios nutricionales que favorecen la salud del hígado dentro de un enfoque integral. Sin embargo, la clave para combatir el hígado graso sigue siendo la prevención, el control médico y los cambios sostenidos en el estilo de vida.