Ambos tenían sobrepeso y se conocieron en el gimnasio donde ambos asisten. Ahora buscarán mantener un estilo de vida saludable e inspirar a otras personas.
Ronnie Brower estaba frustrado por su sobrepeso. Cuando la balanza le marcó más de 300 kilos, decidió que era hora de ponerse a dieta y comenzar una exigente rutina de ejercicios.
Su transformación duró cuatro años y en el camino logró ganarse la admiración de muchas personas, incluída Andrea Masella, una joven que seguía sus cambios a través de las redes sociales e iba al mismo gimnasio.
Bajo el mismo objetivo, sus caminos se juntaron, y no solo se dieron ánimos para perder peso, sino que lograron entre los dos un descenso de 262 kilos e iniciaron una relación.
Brower, de 32 años, actualmente luce delgado, con barba y pelo corto. Pero hubo un momento, en el año 2013, en que no era capaz de salir de la casa de sus padres, tenía adicción al alcohol y estaba deprimido, lo que lo llevaba a comer en exceso. "Comía 10 hamburguesas dobles con queso y dos pizzas grandes a la vez", sostuvo.
Su médico le había dicho que si seguía con los mismos hábitos podría morir antes de los 30 años, y cuando empezó su plan de reducción de peso tenía 28.
De inmediato se comunicó con Nick Murphy, dueño del gimnasio Mission Fitness. Guiado por el entrenador, Brower dejó el alcohol, siguió una dieta baja en carbohidratos y comenzó una rutina de ejercicios de tres horas diarias, que inició con movimientos simples que consistían en alzar los brazos sentado en una silla. En 100 días, Brower logró bajar 45 kilos. "Mi trabajo de 24 horas era volverme saludable y salvar mi vida", afirmó.
Cuando conoció a Masella, Brower ya había perdido una buena parte del sobrepeso. Ella, en tanto, pesaba 113 kilos. "La verdad es que él me inspiró y fue siempre súper agradable. "Comenzamos a hablar en el gimnasio y, aunque odio los clichés, puedo decir que fue amor a primera vista", aseguró la joven, de 24 años. después de haber bajado 54 kilos con una dieta estricta y una rutina de ejercicios que fue acompañada por su pareja en cada momento.
Su primera cita fue para jugar al básquet y al ping pong en el gimnasio. "Son una pareja hecha en el cielo, la suya es la historia de una película", aseguró Murphy, quién como testigo clave de la historia de amor que surgió entre ejercicios y dietas, fue elegido por la pareja para ser el padrino de su boda, que finalmente se celebró el pasado 13 de mayo en Nueva York.
Masella, peluquera de profesión, dijo que los dos utilizaban la comida "como mecanismo de protección. Yo me comía mis sentimientos", expresó. Y tras agradecer por la "buena orientación" que tuvieron con su pareja para "estar tranquilos y cambiar", contó que, ahora como marido y mujer, seguirán apoyándose no solo en el compromiso de mantener un estilo de vida saludable, sino también para ayudar e inspirar a los demás.