En una sociedad donde está sobrevalorada la sociabilidad y el tener millones de amigos, todavía hay un gran grupo de personas que se consideran (orgullosamente) grandes antisociales.
No son tímidos ni introvertidos, simplemente no disfrutan de socializar con las personas y cuánto más tiempo pueden estar solos, mejor.
¿Acaso perteneces a este grupo? ¡Compruébalo!
Hola, sí, no, chau
Cuando por aquellas casualidades de la vida entablas una conversación con alguien que no conoces demasiado intentas no emitir una opinión, ni preguntar ni quejarte de nada. De esta manera, evitas que la conversación se extienda demasiado.
¿Cancelados? ¡Yuuupi!
Pretender que estás decepcionado porque los planes para el fin de semana se cancelaron (otra vez) es una de tus especialidades. En lo más profundo de ti solo quieres quedarte leyendo o mirando tu serie favorita en tu dulce soledad.
No le cuentas tus problemas a casi nadie…
No es que no tengas contrariedades en tu vida, sino que prefieres guardarlas para ti y ahorrarte diálogos complicados.
¿Atender el teléfono o el timbre? Definitivamente no.
Si alguien llama a tu casa o toca la puerta y no hay nadie más que tú, no tendrán éxito en absoluto en lograr lo que desean, tendrá que ser en otro momento.
Cuando hay alguien que conoces en la misma tienda que tú…
Bueeeno... parece que aquí no tienen lo que estoy buscando, así que será mejor que busque en otro sitio.
Internet, gracias, Internet
Gracias a la existencia de las redes sociales y de la mensajería instantánea has evitado muchos encuentros y conversaciones que en otra época no hubieras podido esquivar.
Por eso, Internet para ti es un templo sagrado.
La timidez no es lo que te afecta
Muchos a veces justifican tu falta de interés en hablar con otros o en asistir a eventos porque eres una persona tímida. Pero la realidad es que no quieres ser sociable con personas que no conoces porque eso agota tus energías.
¿Creías que eras la única persona que se sentía así? Pues te sorprenderá saber que al igual que tú hay muchos otros que también se sienten más cómodos en la soledad y paz de su casa que en fiestas o reuniones multitudinarias.