Cuando se habla de consenso en la sexualidad pensamos en este acuerdo entre dos personas para tener relaciones (dentro de una relación o de manera casual).
Pero, ¿qué sucede con las prácticas menos convencionales? Aquellas que implican diferentes situaciones, personas y hasta herramientas.
Ya sea por miedo o pena a lo mejor no nos animamos a preguntar bien de qué se tratan y podríamos dejarnos llevar al estar en terreno desconocido. Éstas son algunas prácticas sexuales que requieren ser consensuales, en algunas de ellas hasta tu vida podría estar en riesgo:
Bondage, dominación, sadismo, masoquismo... Las variantes dentro de estos actos eróticos son muchísimas: desde usar un par de esposas en la cama hasta la electroestimulación.
El consenso es una pieza clave en el BDSM, ya que es básico dejar claros los límites y fijar palabras claves para saber cuándo parar. Si estás con una persona que tiene este estilo de vida, no sientas presión. Infórmate, platica con él o ella y toma una decisión. Por lo general, las personas que practican cualquier variante del BDSM comprenden que esto no es para todos.
Cualquier tipo de relación que implique la participación de un tercero (o cuarto o quinto) necesita comunicación. En el momento en el que alguna de las partes no esté de acuerdo con compartir y dejarse compartir, dejamos de hablar de poligamia y la situación se pinta más como una puesta de cuernos.
Eso para nada los hará gozar. Eres libre de estar de manera amorosa o sexual con cuantos quieras y puedas, siempre que todos estén enterados.
Con o sin preservativo
El stealthing es una práctica peligrosa que se está popularizando que consiste en que tu pareja decide quitarse el condón en pleno acto y sin avisarte primero. ¿Embarazo no deseado e infecciones sorpresa? No, gracias.
Parafilias y fetiches
Con la práctica de parafilias nos referimos a la obtención del placer mediante algún objeto o actividad diferente a la "convencional". Por ejemplo, en la asfixiofilia se disfruta de asfixiar al otro o de ser asfixiado y en la coprolalia, de decir "palabras sucias".
No todos se excitan con los mismos estímulos, y esto resalta todavía más en las parafilias. Tener un fetiche con los pies o con gente disfrazada de gato está bien, pero obligar a alguien a ser partícipe de ello sin llegar a un consenso, no.
También conocido como "partner swapping", el swinging es el intercambio de parejas comúnmente con otras parejas. Cambiar a tu esposa por la esposa de alguien más sin el consentimiento de los involucrados sería demasiado cruel, ¿no crees?
Entre los swinggers (así como en el BDSM) no todos los encuentros implican acción sexual, por lo cual las reglas deben ser definidas con claridad antes de iniciar cualquier encuentro.
Tú tienes total libertad de practicar cualquier actividad sexual que se te antoje siempre que primero hables de ello con la persona o personas implicadas, establezcan sus límites y se llegue a un acuerdo.
La comunicación honesta de deseos y sentimientos son la base de cualquier relación sexual saludable, ya sea convencional o no.