Remedios para la vaginitis; evitar las infecciones si siguen estas sugerencias:

La vaginitis es un trastorno caracterizado por una inflamación de la vagina y la vulva, causada a menudo por una infección micótica, bacteriana o parasitaria.

Vaginitis, vulvitis y vulvovaginitis son términos generales que se refieren a la inflamación de la vagina y/o la vulva (órganos genitales extemos de la mujer), trastornos que pueden ser ocasionados por infecciones bacterianas, micóticas o parasitarias, así como por algún tipo de reacción alérgica o irritativa a sustancias (espermicidas, preservativos, jabones y productos para la higiene íntima).

En general, la vaginitis produce uno o más de los siguientes síntomas: flujo y mal olor vaginal, irritación, sensación de quemazón y picor.

Los tres tipos más frecuentes de vaginitis son: vaginosis bacteriana, vulvovaginitis por Candida y tricomoniasis. Cada uno se comenta por separado.

Vaginosis bacteriana

La vaginosis bacteriana es la causa más frecuente de vaginitis durante la edad fértil de la mujer. Entre el 40 y 50% de los casos de vaginitis son debidos a vaginosis bacteriana.

Es difícil saber la incidencia exacta de este trastorno, aunque algunos estudios han propuesto que entre un 10 y un 41% de las mujeres lo han sufrido al menos una vez.

La vaginosis bacteriana no se considera una enfermedad de transmisión sexual, aunque se puede adquirir a través de las relaciones sexuales.

La vaginosis bacteriana no está causada por un microorganismo en concreto sino por un cambio en el equilibrio de las bacterias vaginales normales o del pH.

El 90% de las bacterias de una vagina sana pertenecen al género Lactobacillus.

Por diversos motivos, una alteración de la población bacteriana da lugar a un exceso de crecimiento de otras bacterias.

Las pacientes con vaginosis bacteriana tienen cifras muy elevadas de bacterias como Gardnerella vaginalis, Mycoplasma hominis, Bacteroides y Mobiluncus, y estas bacterias pueden encontrarse en cifras entre 100 y 1.000 veces superiores a las de una vagina sana.

Por el contrario, la bacteria Lactobacillus existe en muy pequeña cantidad o está completamente ausente en la vagina de las mujeres con vaginosis bacteriana.

Vulvovaginitis por Candida

La vulvovaginitis por Candida también se ha denominado candidiasis vulvovaginal, vaginitis candidiásica, infección moniliásica o infección vaginal por levaduras. Entre el 20 y el 25% de los casos por vaginitis son vulvovaginitis por Candida.

Se ha estimado que aproximadamente el 75% de las mujeres tienen una infección de este tipo al menos una vez en su vida.

En el 80-90% de los casos la infección está causada por el sobrecrecimiento de la levadura Candida albicans; el resto de casos se debe a otras especies de Candida.

Se desconoce lo que provoca este exceso de crecimiento, pero se sabe que los antibióticos pueden destruir de forma inadvertida las bacterias normales de la vagina y favorecer un exceso de crecimiento de Candida.

La vulvovaginitis por Candida no se considera una enfermedad de transmisión sexual, por que las especies del microorganismo suelen encontrarse habitualmente en la vagina sana.

Es raro observar esta enfermedad en mujeres antes de la pubertad y en las que no tienen relaciones sexuales.

La infección vaginal por levaduras tiende a ser más frecuente en las embarazadas, las mujeres diabéticas que no controlan su enfermedad, las que toman anovulatorios, corticoides y antibióticos, y las que tienen una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana.

Cuando se producen cuatro o más episodios al año, se habla de candidiasis vaginal recurrente.

La tricomoniasis supone entre el 15 y el 20% de los casos de vaginitis.

Al contrario que los dos tipos anteriores, es principalmente una enfermedad de transmisión sexual, ya que se transmite de persona a persona sobre todo por contacto sexual.

Afecta tanto a hombres como a mujeres y es causada por una infección por el parásito unicelular llamado Trychomonas vaginalis.

La infección por este germen suele asociarse a otras infecciones de transmisión sexual y favorece la diseminación del virus del sida.

Remedios caseros

Los remedios fitoterápicos para las levaduras que ocasionan la vaginitis incluyen una serie de agentes antimicóticos, antisépticos o reforzantes de la inmunidad, como aceite del árbol del té (se introduce a través de un tampón empapado, una ducha vaginal o un supositorio), nuez negra (Juglans nigra), pau d’arco (Tabebullia impestiginosá), equinácea (Echinacea) y sello de oro (Hydrastis canadensis).

La equinácea y el sello de oro deben tomarse sólo durante un tiempo limitado.

Al igual que otras plantas, es necesaria la supervisión médica de las personas que tienen enfermedades asociadas.

Aquellas con alergias específicas no pueden usar algunos remedios.

Por ejemplo, la equinácea no se debe indicar en personas alérgicas a las plantas de la familia del girasol, y el sello de oro no debe ser usado durante el embarazo o en personas alérgicas a la ambrosía.

Una ducha vaginal de ácido bórico acidifica el pH vaginal, de forma que las bacterias no deseadas no pueden vivir ni multiplicarse.

Algunas mujeres pueden ser sensibles a esta ducha, por lo que hay que consultar siempre con un profesional sanitario antes de usar el tratamiento.

Además, hay que tener cuidado de evitar que el ácido bórico sea accesible a los niños. El pH vaginal disminuye con una ducha vaginal que contenga yoduro de potasio o vinagre (una cucharada de vinagre por cada litro de agua caliente).

Quizá te interese conocer más remedios para las infecciones vaginales que son caseros y naturales.

Las mujeres pueden evitar las infecciones vaginales si siguen las siguientes sugerencias:

No utilizar desodorantes o nebulizadores, porque pueden alterar el equilibrio natural de la vagina.

Secarse completamente después del baño y cambiarse la ropa interior húmeda rápidamente.

No llevar ropa apretada y procurar que la ropa interior sea de algodón. Hay que cambiarse la ropa interior a menudo y no usar medias ni bragas de materiales sintéticos.

Limpiar los diafragmas, los capuchones cervicales y los aplicadores de espermicidas después de su uso. Es aconsejable utilizar un preservativo.

Después de las deposiciones, limpiarse de delante hacia atrás para evitar la entrada de las bacterias intestinales en la vagina.

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