Los daños en tu hígado, generalmente son silenciosos y asintomáticos, hasta que un día el problema está tan avanzado que se convierte en algún tipo de hepatitis o hígado graso.
Por eso, aprende a indentificar la enfermedad que ataca al hígado.
La hepatitis es un virus que infecta al hígado y causa afecciones tanto agudas como crónicas. Existen varios tipos de virus de la hepatitis desde la A hasta la G.
Clasificación
La hepatitis A consiste generalmente en una infección leve, la recuperación es completa y adquieren inmunidad futura.
La hepatitis C es la más peligrosa. Es asintomática así que puedes pasar décadas sin ningún síntoma hasta que se convierte en un daño hepático grave.
Esta hepatitis crónica comienza por una inflamación que avanza hasta generar un tejido que produce una cicatriz fibrosa que sustituye células hepáticas dañadas.
Cuando el individuo sigue sin saber de la enfermedad y el daño continúa, el hígado se cicatriza en su totalidad y eso se conoce como cirrosis. Lamentablemente, no tiene tratamiento. La única opción es un trasplante, si no es así, hay una gran probabilidad que los pacientes desarrollen cáncer o pierdan la vida.
Afortunadamente, en el Laboratorio de Hígado, Páncreas y Motilidad Intestinal de la Faculta de Medicina de la UNAM, las doctoras Gabriela Gutiérrez y Carolina Guzmán buscan regenerar el hígado por medio de un biomaterial que se parece a una esponja, producto del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM.
El proyecto consiste en implantar pedazos del biomaterial en algún hígado dañado y aunque sólo se ha experimentado con roedores, la especialista Gabriela Gutiérrez mencionó que: “los animales no rechazaron el implante y el biomaterial se cubrió de células de este órgano”.
A pesar de los buenos resultados a nivel de investigación en laboratorio, deben pasar varios años para probar con humanos. Por lo pronto, es importante vigilar el estado de tu hígado con el médico aunque no tengas ningún padecimiento. No por nada, la hepatitis C es llamada la enfermedad silenciosa.
Fuente: Bienestar.Salud180