Estás en peligro y no lo sabes. ¿Eres consciente de lo que pesa en tu cuerpo ese trozo de tarta de fresa confitada que tanto te gusta?
No hablamos de acabar con unos gramos o unos kilos de más. La ingesta de dulces y azúcar refinada aumentan tus probabilidades de contraer una diabetes de tipo 2 de manera exponencial.
Sweet kills es el lema de la campaña que ha organizado la Asociación Contra la Diabetes de Tailandia para combatir una afección que se lleva cerca de 8.000 vidas anuales de los 3,5 millones de afectados por esta condición en el país asiático.
La organización, que comenzó su andadura en 1965, tiene como objetivo troncal suministrar información veraz al gran público acerca del problema de la diabetes, sus causas y consecuencias en el organismo. Y u no de los síntomas que sufren los afectados es la dificultad para cicatrizar heridas y el peligro de verse expuestos a una amputación.
La campaña es potente. Fusionar heridas abiertas en extremidades humanas con la masa dulce de alimentos azucarados es una fórmula efectiva para concienciar a los más golosos. Al menos eso piensan los defensores de esta campaña. Otras voces se han alzado frente a lo que consideran una aberración que se recrea en la fragilidad del cuerpo y altera la percepción de los síntomas de la enfermedad.