¿Alimentación sana y orgánica? En realidad absolutamente todo lo que comes está repleto de «químicos»

Una de las excusas más comunes para comprar comida orgánica o preferir ciertos tipos de alimentos es que la gente no quiere químicos en su cuerpo, pero lo cierto es que esa no es una opción.

Sentimos decirte que absolutamente todo lo que comes está lleno de químicos, algunos más saludables que otros, pero igualmente presentes y eso no significa que comamos mal, sino que el hablar de una alimentación orgánica o sin químicos es un mito que hay que derribar.

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Los químicos son tu comida

Todo lo que existe en el planeta está compuesto por químicos, incluido el agua y todo lo que eres en sí mismo, así que es imposible que nuestros alimentos no sean «químicos». La sal es cloruro de sodio, los minerales nutritivos son parte de la tabla periódica, etc.  Solemos dividir los alimentos según el aporte nutricional que dan y su origen; vegetales, proteínas, hidratos de carbono, etc., y en el caso de los químicos presentes en las comidas, estos se clasifican en grupos.

Los químicos que con mayor abundancia se encuentran en los alimentos son la base de los llamados macronutrientes, que nos entregan la energía y nutrientes necesarios para vivir, así que podríamos decir que sin los químicos en nuestra comida, sería imposible existir.

La próxima vez que escuches a alguien hablar de una alimentación «libre de químicos», explícale que eso es imposible, pero lo que sí se puede hacer es buscar una dieta que tenga la menor cantidad de químicos dañinos o sometidos a procesos artificiales.

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Los macronutrientes químicos

En el mundo de la química hay cuatro elementos que son la base de los macronutrientes. Los principales macronutrientes son carbohidratos, proteínas, grasas y lípidos, ya que entregan la mayor cantidad de energía que nuestro cuerpo necesita a diario.

Los cuatro químicos que están presentes en mayor abundancia en los macronutrientes son el carbono, nitrógeno, hidrógeno y oxígeno y el resto de la tabla periódica también hace apariciones, pero en menor cantidad y concentración, generalmente en forma de compuestos y mezclas en diferentes estados.

Dentro del cuerpo humano, estos elementos crean reacciones químicas que dan paso a los procesos que realiza nuestro organismo. La falta de ciertos químicos en nuestra alimentación da paso a enfermedades o simplemente complica el funcionamiento interno del cuerpo humano.

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Hay que destacar que los alimentos puros, es decir sin procesar, son más saludables ya que al ser intervenidos pueden generar reacciones dañinas o perder valor nutricional. 

Lo químico no es malo, es más algunos alimentos considerados muy sanos poseen trazas de químicos que dan miedo como por ejemplo el arsénico en las almendras. Preocúpate de comer sano, variado y no te creas ese mito de la alimentación «libre de químicos».

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