Puede que tras llevar varios meses o años en un mismo puesto de trabajo tu ilusión comience a disminuir y tus ánimos a flaquear.
Tranquilo, es normal, pero tiene solución.
A veces, para que las cosas mejoren simplemente necesitamos hacer pequeños cambios en nuestra forma de trabajar, en nuestra actitud frente al trabajo y en nuestra forma de relacionarnos en el ámbito laboral.
Aquí te sugerimos algunas maneras de conseguir que tu trabajo resulte más entretenido y atractivo para ti.
Explícalo en un diagrama.
Explica qué hace una persona como tú en un sitio como ese, qué clase de aventuras has ido a buscar. Es decir, explica cuáles son tus funciones, qué eres capaz de hacer y para qué pueden solicitar tu ayuda los demás. Te ayudará a ver todo más claro.
Habla sobre él. Ya que haces todos los días lo mismo y has aprendido a hacerlo como el mejor, habla a los demás sobre ello, enseña lo que sabes. Escribe un libro, un blog, da charlas... Pon tu experiencia al alcance de los demás. Seguro que puede ayudar a muchos sin saberlo.
Haz networking. Sal de tu zona de confort, conoce a otros profesionales del sector, aprende cómo trabajan, coge ideas. Incluso dentro de la propia empresa, conoce al resto de departamentos, aprende cómo funcionan y entabla una buena relación.
econoce el trabajo de los demás. Por lo general, casi nadie suele ver reconocido su trabajo, por lo que cualquier reconocimiento siempre es de agradecer. Pregunta a tus compañeros cómo hicieron ese informe tan bueno, ellos se sentirán agradecidos y tú puedes aprender de ellos.
Reinvéntate. Reordena tu escritorio, cambia de hábitos, redefine tu plan de trabajo, cambia de mecanismo y prueba a hacer las cosas de otra forma. Si no te gusta lo nuevo, siempre puedes volver a lo anterior, pero el simple hecho de probar ya te hará diferentes las cosas.
Propón pequeños cambios a tus compañeros. La unión hace la fuerza y si, por ejemplo, todo el mundo toma café pero no hay cafetera, propón comprar una entre todos. Las actividades en grupo suelen acercar a los empleados entre sí.
Trata de materializar tus ideas. Si se te ocurre algo que puede mejorar el funcionamiento del equipo o tu propio trabajo diario, habla con el jefe, con tus compañeros, con quien haga falta, pero ponte en marcha y propón llevarlo a cabo. Contagia tu carácter decidido a los demás.
Ponte metas personales. No tienes por qué estar estrictamente relacionadas con el trabajo, sino, por ejemplo, con la forma de realizarlo. Por ejemplo: acabar antes de la hora los viernes, llegar 5 minutos antes por las mañanas... Pequeñas cosas que te hagan sentirte realizado.