APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -Existen personas en distintas partes del mundo que pueden sufrir fracturas, quemaduras o lesiones graves sin experimentar dolor, una condición extremadamente rara que continúa desconcertando a la medicina moderna.
Se trata de la insensibilidad congénita al dolor, un trastorno genético que impide que el sistema nervioso envíe al cerebro las señales habituales de dolor, aunque otros sentidos como el tacto y la temperatura pueden mantenerse funcionales.
Lejos de ser una ventaja, los especialistas advierten que esta condición representa un alto riesgo, ya que quienes la padecen pueden no detectar a tiempo heridas internas, infecciones o daños severos que ponen en peligro su vida.
Casos documentados en Estados Unidos, Europa y Asia indican que muchos pacientes son diagnosticados en la infancia, luego de presentar lesiones repetidas sin mostrar signos de dolor, lo que conduce a estudios genéticos especializados.
Para la ciencia médica, el dolor es un mecanismo esencial de defensa y supervivencia. El estudio de este trastorno ha permitido avanzar en el desarrollo de tratamientos para el manejo del dolor crónico y nuevas terapias analgésicas.
Comentario de Ramiro Estrella, periodista y abogado, director ejecutivo de Apunte.com.do:
“El dolor, aunque incómodo, cumple una función vital. Estos casos extremos evidencian cuánto falta aún por comprender sobre el cuerpo humano”