Las malas costumbres a la hora de quitarnos el maquillaje pueden ser las causantes de esos pequeños granos y puntos negros con los que te levantas alguna que otra mañana, además de influir de forma directa en la aparición temprana de arrugas en los ojos. Por eso, vamos a hacer un repaso de los errores que solemos cometer al desmaquillarnos.
Todo el mundo nos da consejos para lucir un buen maquillaje, pero pocos advierten de los errores que cometemos al quitárnoslo. Llegar a casa y lavarnos la cara con jabón no es una buena costumbre para nuestra piel, acostarnos sin habernos desmaquillado, por supuesto, tampoco. Pero hay muchas más cosas que hacemos mal y que están perjudicando al aspecto de nuestra cara. Las repasamos.
Usar jabón normal para lavarnos la cara
Es una costumbre muy extendida. Antes de ir a dormir, nos lavamos las manos y la cara con el mismo jabón o gel que usamos para el resto del cuerpo. Este es uno de los peores errores que cometemos al desmaquillarnos, ya que maltratamos nuestra piel. Los geles o jabones convencionales son demasiado agresivos como para utilizarlos en la cara y en la zona de los ojos, ya que eliminan el manto hidrolipídico que los protege, lo cual provoca que se resequen. Ni siquiera teniendo la piel grasa es recomendable desmaquillarse con jabón convencional. Toma nota.
Maltratar la zona de los ojos
Seguro que la mayoría de las veces que retiras el maquillaje de tus ojos te arrancas alguna que otra pestaña. Y es que tendemos a maltratar la zona de los ojos, por muchos discos desmaquillantes que usemos. Para evitar la irritación del contorno de los ojos y la aparición prematura de arrugas es necesario adquirir una nueva rutina. Lo mejor es impregnar generosamente el disco de algodón de un desmaquillante específico (recomendamos los de agua de anciano) y dejarlo durante unos segundos sobre nuestras pestañas, para que se remojen. Después, arrástralo hacia abajo y hacia arriba, con cuidado, terminando con el contorno de los ojos.
No aclararse correctamente
Sometemos a nuestra piel a un tremendo tratamiento de belleza en el que usamos desmaquillante, exfoliante, tónico...Pero a la hora de enjuagarnos, no siempre lo hacemos bien. Lo normal es que lo hagamos con prisa y queden diversos restos de los productos aplicados en la cara, lo cual puede provocar que los poros se obstruyan y aparezcan puntos negros. A la hora de aclarar tu cutis, debes poner especial atención a la zona de la nariz, el cuello y el nacimiento del pelo. Todo debe quedar en un perfecto estado de limpieza.
Utilizar agua demasiado caliente o demasiado fría
Otro error típico que casi todos cometemos a la hora de desmaquillarnos es no tener en cuenta la temperatura del agua. Cierto es que en verano lo que más apetece es poner el grifo por el lado frío y en invierno, por el caliente. Pero no podemos dejarnos llevar tan solo por la intuición, hay que lavarse siempre con agua tibia, a temperatura ambiente del momento del año en que nos encontramos. En invierno notaremos que sale fresquita y en verano más caliente. Y aunque sea molesto, hay que hacerlo porque de lo contrario, el manto graso que cubre la piel también se vería perjudicado.
Uy, ¡no me digas! Eres de ese grupo de personas que adquirió la mala costumbre de acabar su tratamiento facial con tónico en su juventud y así lo has seguido haciendo hasta hoy, ¿verdad? Pues lo estás haciendo rematadamente mal. Lo que hace el tónico, al no ser que tenga un tratamiento específico, es resecar el cutis y dejarlo tirante como un folio. A pesar de que se encarga de cerrar los poros y regular el PH de la piel tras la limpieza, su uso no es apropiado ni para las pieles secas ni para las normales. Un buen sustituto para las pieles grasas, mixtas o sensibles es el agua termal.
También cometemos en muchas ocasiones el error de terminar nuestro proceso de desmaquillaje con una crema hidratante, cosa que en el caso de las pieles grasas o jóvenes con acné es realmente contraproducente, ya que provocará la aparición de más granos y puntos negros. Lo más recomendable para este tipo de cutis es usar un tónico específico o agua termal, como hemos dicho anteriormente.
Eso sí, en el caso de las pieles maduras, una crema de noche siempre es buena, así que si es tu caso, no dejes de usarla.
Olvidarnos de la zona del cuello
Te has desmaquillado de forma perfecta toda la cara, sí, pero ¿y el cuello? ¿Acaso no pusiste todo tu empeño en que no se notara el cambio de tono al bajar hacia el escote? Pues sí, como siempre se suele tender a maquillar un poco la zona del cuello, también hay que quitarlo siempre posteriormente, algo que no todo el mundo hace. Además, esta zona es especialmente delicada con la suciedad debido al sudor, por lo que debes limpiarla de forma profunda para que no aparezcan granitos o poros.
Usar toallitas desmaquillantes todos los días
Pues sí, toca desengañarse. Creíamos que era uno de los inventos más maravillosos del mundo, pero, el uso diario de toallitas desmaquillantes tampoco es nada recomendable. A pesar de lo que hemos podido pensar todo este tiempo, estos productos no consiguen eliminar la suciedad provocada por las pinturas por completo, además de que suelen provocar alguna que otra irritación en la piel y favorecer la aparición de granitos. Así que ya sabes, salvo en situaciones de emergencia, lo mejor es usar unas buenas cremas y geles limpiadores específicos para el cuidado de la piel.
Secarnos de manera agresiva
Este es otro de los errores típicos que cometemos a la hora de desmaquillarnos. Nos lavamos la cara y la secamos restregando la toalla por nuestro cutis con todas nuestras fuerzas, pudiendo incluso desfallecer en el intento. Hay que desterrar esta insana costumbre. Lo más recomendable es secar el cutis con delicados toques para ir acabando con la humedad de forma progresiva. Además, es importante olvidarse de las toallas convencionales, hazte con unas cuantas de microfibra, que son muchos más suaves y respetuosas con nuestra piel. De verdad, las usan los profesionales
Utilizar productos inadecuados para nuestra piel
Ayer se te acabó el bote de crema desmaquillante y usas la de tu hermana, madre o compañera de piso. Pues muy mal, porque ¿y si ella tiene la piel grasa y tu seca? Como se suele decir, cada persona es un mundo y cada piel tiene sus propias características. Para las pieles grasas o mixtas, lo más recomendable es usar jabones específicos, espumas o geles. En pieles normales, lo mejor es la utilización de jabones y geles que no resequen demasiado y leches desmaquillantes. Para las secas y maduras, se usan aceites y leches. Y por último, para las pieles sensibles, lo más recomendable es usar geles específicos o agua micelar.