La acromegalia es una enfermedad endocrina y es ocasionada por el exceso de hormona del crecimiento (GH), después del desarrollo normal de un individuo, este fenómeno ocasiona un agrandamiento gradual de los tejidos corporales, incluyendo los huesos de la cara, la mandíbula, las manos, los pies y el cráneo.
Existen altas probabilidades de que la enfermedad pase desapercibida, siendo diagnosticada 7 ó 10 años después del inicio de los síntomas, a una edad promedio de 40 años. Dentro de los indicios que pasan desprevenidos, se encuentran los problemas visuales. Clínicamente se puede diagnosticar precozmente, pero si no se detecta a tiempo habrá un retardo en el tratamiento y el daño visual sería irreversible.
Por su parte, el doctor Ernesto Guerra-Alcalá, especialista en Medicina Interna-Neuro-oftalmólogo clínico, comentó que los adenomas hipofisarios constituyen entre el 12 y 14 % de los tumores intracraneales y por su localización, tienen un gran potencial destructivo sobre las vías ópticas anteriores. Además, agregó que la acromegalia tiene una prevalencia de más de 75 casos por millón con una incidencia de 10 casos por año, asimismo, comentò que en el Servicio de endocrinología del Hospital Vargas de Caracas se diagnosticaron desde el año 1962 hasta el 2000, 51 pacientes, entre ellos 27 mujeres y 24 hombres.
Por otro lado, el galeno comentò que la Unidad de Neuro-oftalmología “Dr. Rafael Muci-Mendoza” del Hospital Vargas de Caracas, desde sus inicios en el año 1980, se ha constituido en un centro donde son referidos pacientes con este tipo de patología tumoral, donde la mayoría de las veces ha sido por una inexplicable pérdida visual. Dentro de los síntomas visuales que afligen a estos pacientes se tiene; disminución de la agudeza visual, diplopía (visión doble), confusión durante la lectura, fenómenos ilusorios disturbantes o dificultades en actividades manuales como; usar un destornillador o cortarse las uñas; estas quejas tienen su explicación en una hemianopsia bitemporal.
Hay que agregar, que lo ideal para los adenomas secretores de hormona de crecimiento es la adenectomía selectiva. Al ser comparados con antagonistas dopaminérgicos, los análogos de la somatostatina, como el octreotide, han demostrado ser más efectivos para reducir los niveles de hormona de crecimiento y de somatomedina C, lo que permite reducir el tamaño del tumor entre el 30% y 50%. Además, mejora todas las complicaciones, y al revertir estas afecciones, optimizan los síntomas y disminuye el riesgo de mortalidad.
El adenoma hipofisario, entre los que secretan la hormona de crecimiento IGF 1, constituye una patología con un gran potencial destructivo de las vías visuales, de allí que su diagnóstico precoz y adecuada evaluación multidisciplinaria conduciría a tratamientos más precoces y exitosos, concluyó el doctor Ernesto Guerra-Alcalá, especialista en Medicina Interna-Neuro-oftalmólogo.