Para algunas mujeres menopáusicas, el verano es una de las épocas más temidas. El calor y la humedad aumenta la sudoración, la piel luce más seca y el maquillaje no dura.
“Por el momento no hay nada en el mercado de la industria de las cremas y el maquillaje para contrarrestar exclusivamente estos efectos, de origen hormonal, en las mujeres que atraviesan la menopausia”, dice el dermatólogo Omar Torres, con práctica en Nueva York.
“Lo único que ayuda para los sofocos, la sudoración excesiva y la conservación de la firmeza y elasticidad de la piel es la terapia hormonal, que no es para todas las mujeres”.
Sin embargo, denota el experto, existen algunos productos generales de cuidado de la piel (como desodorantes) creados para las personas que sudan mucho, así como maquillajes a prueba de sudoración para las deportistas, que pueden aprovechar las mujeres menopáusicas para verse y sentirse mejor.
“También se tienen productos a base de polvos minerales que funcionan excelente en la absorción del agua, que pueden ayudar a sentir menos el problema de la sudoración, algo que no ocurre cuando se usan cremas grasosas”, explica el especialista en la salud y cuidado de la piel.
Hidratación, la gran clave
La hidratación de la piel en esta etapa de la vida es fundamental, ya que como explica el dermatólogo Brian Brosnan, vinculado a Kaiser Permanente, la disminución del estrógeno afecta la producción del colágeno y aumenta la deshidratación de la piel.
“A consecuencia de esto, la piel pierde su elasticidad, se vuelve más fina, frágil y seca, haciéndola más vulnerable a los efectos nocivos externos, como el sol”, explica.
Y aunque es imposible detener el paso del tiempo y sus consecuencias sobre la piel, Brosnan asegura que hay varias cosas que las mujeres pueden hacer para disminuir la intensidad de los efectos de la menopausia sobre la piel. Entre ellas se encuentran:
Protegerse del sol. Una de las tareas más importantes en esta etapa de la vida es la de aplicar a diario un bloqueador solar que ofrezca protección contra los rayos UVA y UVB del sol (la etiqueta bebe decir broad-spectrum o full-spectrum), que tenga un SPF de 30 o más.
Mantenerse hidratada. Aplicar diariamente una crema hidratante (por la mañana y la tarde) y beber suficiente agua (al menos dos litros al día) es primordial para la hidratación, al igual que limitar el consumo de cafeína y alcohol, ya que estos promueven la deshidratación de la piel.
Seguir una dieta balanceada y saludable. Consumir alimentos ricos en vitaminas A, C y E protegen contra los radicales libres que dañan la piel.
Hacer ejercicio y mantenerse activa. El ejercicio regular mantiene la tonificación muscular y la salud de los huesos y estimula la buena circulación de la sangre que oxigena la piel.
Olvidarse del bronceado artificial. Al igual que el sol, las camas y lámparas de bronceado artificial exponen a los rayos ultravioleta (UV). Estos rayos aceleran el envejecimiento cutáneo.
Dormir lo suficiente. Esto es una de las armas secretas de la piel sana y lozana, ya que el sueño le da tiempo al cuerpo para renovar todos sus tejidos.
Secretos para la piel madura
Para que la piel se vea radiante y el maquillaje dure todo el día, es aconsejable:
Usar una base ligera que empareje el tono de la piel, pero que no agregue textura. Esto ayuda a no sentir el rostro tan sofocado. Es importante que el tono de la base sea el apropiado para el color de la piel.
Usar productos de maquillaje que sean lo más resistente posible al sudor. Escoger siempre bases oil free, hidratantes ligeros con color, sombras en polvo y rímel resistente al agua. Este último evita que se corra con el sudor.
Cargar un ventilador pequeño de mano que ayude a refrescar el rostro y disminuir la sudoración.
Aplicar cremas contra la flaccidez y bases de maquillaje con efecto “lifting”, que ayuden a tensar el rostro.