(Reuters Health) – La quimioterapia acelera el deterioro en el final de la vida de los pacientes con cáncer avanzado que aún pueden realizar las actividades cotidianas. Y en los pacientes con más limitaciones, la quimioterapia no los hace sentirse mejor, según revela un estudio publicado en JAMA Oncology.
“Los pacientes que se sentían bien eran los que más tenían para perder y los que menos mejoraban con la quimioterapia”, dijo la autora principal, doctora Holly Prigerson, especialista en cuidados paliativos de la Facultad de Medicina de Weill Cornell y del Hospital Presbiteriano de Nueva York, Nueva York.
Muchos médicos expresaron preocupación por los efectos de la quimioterapia en los pacientes oncológicos que están por morir. Esos médicos cuestionan si esos fármacos tan potentes proporcionan beneficios suficientes como para justificar sus efectos adversos y consideran que su uso en el final de la vida sería inútil, si no dañino.
El equipo de Prigerson monitoreó los últimos días de vida de 312 pacientes de seis centros oncológicos de Estados Unidos. Los pacientes con cánceres avanzados se incorporaron al estudio entre el 2002 y el 2008, hasta su muerte. Sólo 158 estaban recibiendo quimioterapia.
Este grupo tendía a ser más joven, a tener mayor educación formal, a ser más propenso a recibir atención en un hospital universitario, a tener tumores mamarios o pancreáticos y a ser menos propenso a tener, también, otros problemas de salud. Además, tendían a tener más independencia para hacer las actividades cotidianas que los participantes que no recibían quimioterapia.
Los autores entrevistaron a los cuidadores inmediatamente después de la muerte de los participantes para conocer si habían recibido quimioterapia en los días finales y qué tipo de deterioro físico y mental habían tenido.
En los pacientes que habían comenzado la última semana de vida con el mayor nivel de funcionalidad, la quimioterapia redujo su calidad de vida aun tras tener en cuenta el uso de cuidados intensivos, respirador o reanimación. Ese grupo obtuvo peores resultados en las evaluaciones de la calidad de vida que los que no estaban recibiendo quimioterapia.
Para los autores, se necesitan más estudios para comprender cómo la quimioterapia afecta la calidad de vida y qué aspectos del rendimiento físico y mental empeoraría más con el uso de esos fármacos. Aun así, aseguran que habría que revisar las guías clínicas para reconocer las consecuencias potenciales de la quimioterapia en el final de la vida de los pacientes con cáncer metastásico progresivo, que es cuando los tumores se diseminan rápidamente.
El doctor Charles Blanke, investigador del Instituto del Cáncer Knight de Oregon Health and Science University, y coautor de un editorial sobre el estudio, señaló que es poco probable que la quimioterapia logre alguno de sus principales objetivos en los pacientes con metástasis, como prolongar la vida o proporcionar alivio.
Opinó que el desafío es que los médicos no pueden predecir el tiempo en el que morirán los pacientes, aunque estén en una condición terminal, por lo que esos pacientes también quieren luchar contra la enfermedad con todas las opciones disponibles, aunque eso incluya efectos adversos terribles.
FUENTE: JAMA Oncology, online 23 de julio del 2015.