Un estudio encuentra que la obesidad, diabetes y tabaquismo también afectan a áreas del cerebro asociadas con la memoria.
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Los Ángeles (EE.UU).- Algunos factores de riesgo de la enfermedad cardiaca también podrían vincularse con el Alzheimer y otros tipos de demencia, informa un estudio reciente.
"Ya sabemos que los factores de riesgo vasculares dañan al cerebro y pueden resultar en deterioro cognitivo [mental]", comentó el autor líder del estudio, el Dr. Kevin King, en un comunicado de prensa de la revista "Radiology". El estudio aparece en la edición del 28 de julio de la revista.
"Nuestros hallazgos nos dan una idea más concreta sobre la relación entre factores de riesgo vascular específicos y la salud del cerebro", afirmó King, profesor asistente de radiología de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles.
Investigaciones anteriores han asociado los factores de riesgo cardiaco y el declive mental, pero este estudio se enfocó en factores de riesgo específicos y tres estructuras cerebrales (el hipocampo, el precúneo y la corteza cingulada posterior) que tienen que ver con la memoria.
El análisis de los datos de más de 1.600 adultos del Estudio cardiaco de Dallas mostró que el uso de alcohol y la diabetes se asociaban con un volumen cerebral total más pequeño. Fumar y la obesidad, por otro lado, se asociaron con un volumen reducido en la corteza cingulada posterior, que tiene que ver con la recuperación de los recuerdos, y la conducta emocional y social.
El consumo de alcohol y fumar se vincularon con un volumen reducido en el hipocampo, y la obesidad y los niveles altos de azúcar en sangre en ayunas se asociaron con una reducción en el tamaño del precúneo, según el estudio.
Los hallazgos también sugieren que un tamaño reducido en el hipocampo y el precúneo podrían ser indicadores tempranos de declive mental en las personas a partir de los 50 años, mientras que un tamaño reducido en la corteza cingulada posterior es un mejor predictor del deterioro mental en las personas menores de 50 años.
"Actualmente no tenemos tratamientos efectivos para la enfermedad de Alzheimer, de manera que nos concentramos en la prevención", planteó King.
"En el futuro, quizá podamos ofrecer a los pacientes información útil y sobre la que se pueda actuar acerca del impacto que distintos factores de riesgo podrían tener sobre la salud del cerebro durante las imágenes clínicas de rutina", explicó. "Y dado que no se necesitan equipos de imágenes especiales, hay un gran potencial para proveer este servicio en muchos centros".