Así empeora tu cara si duermes menos de ocho horas durante cinco días

La investigación se dividía en dos fases. En la primera, los sujetos debían dormir en un día apenas cuatro horas y observar cómo afectaba esta variación en su organismo. A continuación, y tras unas tres jornadas de descanso, se les obligó a reducir en un 25% el total de horas de sueño recomendadas por los doctores durante cinco noches (es decir, un total de seis)

El trabajo, el cuidado de los niños… A día de hoy, parece una tarea casi imposible pasar en la cama las ocho horas que recomiendan los médicos. Sin embargo, en ocasiones olvidamos las repercusiones negativas que puede tener en nuestro organismo y en nuestra piel descansar poco.

Por ello, la reportera del «Daily Mail» Sarah Chalmers ha decidido someterse a una privación controlada del sueño durante cinco días para ver los resultados. Éstos no han podido ser peores, pues en este tiempo su piel se ha tornado roja, se ha vuelto áspera y los poros de su cara se han abierto. Todo ello, reduciendo escasamente dos horas del total que aconsejan los doctores.

Este experimento, tal y como afirma el diario británico en su versión en línea, formaba parte de un estudio sobre los efectos de la privación del sueño realizado por el «Centro del Sueño de Londres».

La investigación se dividía en dos fases. En la primera, los sujetos debían dormir en un día apenas cuatro horas y observar cómo afectaba esta variación en su organismo.

A continuación, y tras unas tres jornadas de descanso, se les obligó a reducir en un 25% el total de horas de sueño recomendadas por los doctores durante cinco noches (es decir, un total de seis). Chalmers, de 46 años, decidió presentarse voluntaria y ver así los efectos en su propio cuerpo.

Como una noche de fiesta

Durante la primera fase del experimento, Chalmerse durmió cuatro horas durante una noche. El equivalente, según afirma, a lo que hacía cuando –durante su juventud- salía «de fiesta» por la noche y, al día siguiente, se levantaba para ir a clase. Su organismo no se resintió en un principio, pero según avanzó el día se empezó a sentir más olvidadiza.

«No devolví una llamada importante y perdí el hilo de mis pensamientos según hablaba», señala la periodista en el «Daily Mail». Finalmente, a las tres de la tarde empezó a dolerle la cabeza tal y como si tuviese resaca.

«Tras cuatro horas de sueño, tu cuerpo te hace estar alerta al principio, casi en un estado de euforia. Eso te permite realizar tareas rápidamente, resolver problemas de forma más veloz etc.

Pero a lo largo del día la situación cambia», determina Guy Meadows, de la «Escuela del sueño» de Gran Bretaña, al diario. A nivel estético, la situación no fue mejor, pues la cara de la periodista se tornó algo más roja de lo habitual, sus poros se dilataron levemente y la textura de su piel se volvió más áspera.

Todo ello, debido a un aumento del cortisol (una hormona que se libera con el aumento del estrés).

Seis horas durante cinco días

Durante la segunda parte del experimento Chalmers durmió seis horas en un horario similar al de muchos trabajadores del Reino Unido (de las 11 de la noche, a las 5 de la mañana.).

Los resultados, a nivel fisiológico, fueron preocupantes, pues aumentó de forma considerable su apetito, su deseo por comer alimentos dulces y experimentó una mayor tristeza, irritación e ira.

En palabras de los investigadores, reacciones normales y provocadas por dormir menos de lo recomendado. «Es el equivalente físico de conducir sobre baches día tras día. El coche se daña más según pasa más tiempo», explica Irshaad Ebrahim, del «Centro del Sueño de Londres».

A nivel estético, la piel de Chalmers perdió brillo y se volvió más áspera debido al aumento masivo de cortisol (sustancia que descompone el colágeno y la elastina, las proteínas que mantienen el cutis suave).

A su vez, ganó varias arrugas, sus ojos se hincharon y nacieron unas considerables ojeras. «Además, las zonas rojas de su cara aumentaron en un 50% y sus poros aumentaron de tamaño –casi el doble- debido a que su piel perdió la capacidad de curarse a sí misma», determina, en declaraciones al diario británico, otro de los expertos.

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