¿Cada vez que empiezas una relación piensas cuánto va a durar esta vez?
Tal vez pones todo de tu parte para tener una pareja estable y feliz; si después vuelves a la soltería y preguntas: ¿Qué tengo yo de malo? ¿Por qué no duran mis relaciones de pareja?
De acuerdo con Mario Guerra, experto en relaciones de Match.com, esta es una de las preguntas que llama “de consultorio” y que gran cantidad de personas llevan a una sesión de terapia.
¡Identifica el problema y actúa!
El terapeuta explica que el problema es que quien se plantea esta pregunta busca la respuesta en el ser con un “qué tengo yo de malo”, cuando generalmente la falla está en el hacer “qué estoy haciendo mal” o en el elegir “con qué personas me estoy relacionando”.
“Por fortuna, de estos dos últimos aspectos hay mucho que podemos aprender y mejorar”.
1. Identifica tus miedos
Uno de ellos pueden ser los celos, es decir, el temor a que tu pareja se vaya con alguien más.
2. No sabotees la relación
Tienes miedo a lograr una relación estable. “Sé que suena extraño, pero muchas personas sabotean sus relaciones por temor a no dar el ancho, a ser descubiertos como un “fraude” o a no ser suficientes para hacer feliz a otra persona.
3. Evita la distancia emocional
A veces los miedos se disfrazan de frialdad, por lo que no te puedes entregar al 100% a la relación.
Sientes que saldrás lastimada su muestras tus verdaderos sentimientos.
4. Controla la ansiedad
El miedo al abandono te mantiene inquieta en todo momento, por lo que evitas molestar a tu pareja y complacerla todo el tiempo.
Si haces esto solamente te anulas a ti misma y pierdes valor como pareja, lo que genera el abandono.
5. Evita la persecución
“Cuando una persona tiene una gran necesidad de presencia física para sentirse amada, o aquella que espera una constante conexión emocional de su pareja para estar tranquila, reaccionará al primer indicio de distancia como si fueran señales de un apocalipsis romántico”.
“Equivocadamente entonces, empieza el acoso a la pareja, demandándole más tiempo y atenciones, sin darse cuenta que esto, lejos de acercar, acaba por alejar definitivamente a una pareja que termina por sentirse asfixiada”.
“Tanto el miedo como la necesidad no son muy buenos consejeros para el amor y nos llevan por caminos que no queremos caminar o a convertirnos en personas que no queremos ser.
Esto condiciona la calidad y duración de nuestras relaciones”.
Si te identificas con alguno de estos puntos, lo mejor es buscar apoyo de un especialista o psicoterapeuta que te guíe para canalizar tus emociones de una manera sana.
Fuente: Salud 180