El paracetamol, también conocido como acetaminofeno, es uno de los medicamentos más utilizados en el mundo. Gracias a su compuesto químico como benceno, este fármaco analgésico y antipirético es un poderoso liberador de dolores corporales, de enfermedades como la gripa y la tos, de la fiebre grave y hasta de las reacciones secundarias de algunas vacunas.
Sin embargo, no olvidemos que se trata de un químico ajeno a nuestra naturaleza humana, por lo que hay ocasiones en que inevitablemente el cuerpo resentirá su presencia. Es decir que, hay altas probabilidades de que seamos víctimas de los efectos secundarios en caso que nuestra estructura sea más sensible de lo esperado.
Como por ejemplo, enrojecimiento de la piel, descamación, ampollas, salpullido, urticaria, picazón, hinchazón en el rostro, garganta, lengua, labios, ojos, manos, pies, tobillos o piernas, ronquera o dificultad para respirar o pasar saliva; inclusive, se asoció la dosis diaria de este medicamento con enfermedades varias.
Poco se sabía de los efectos secundarios que el paracetamol tiene sobre las dimensiones emocionales de la persona que lo consume regularmente… Hasta que un grupo de investigadores del grupo Consumer Healthcare Products Association (CHPA) en EE.UU., descubrió que el paracetamol disminuye no sólo las sensaciones dolorosas, también las placenteras.
Geoffrey Durso, líder de la investigación y estudiante de doctorado en Psicología social en The Ohio State University, explica que el paracetamol tiene un efecto en el dolor psicológico y en las emociones positivas.
El proyecto se llevó a cabo al reunir 82 estudiantes universitarios, de los cuales la mitad tomaron 1 000 miligramos de paracetamol y la otra mitad un placebo físicamente idéntico.
Tras 60 minutos, los estudiantes observaron 40 fotografías que incitaron a la respuesta emocional que variaban desde un espectro abismal, escenas neutrales hasta imágenes placenteras.
Los resultados demostraron que los estudiantes que se encontraban bajo los efectos del paracetamol tuvieron un menor ranking de emociones que los del placebo.
Es decir que el paracetamol disminuía la percepción positiva y negativa de las fotografías: se trataba de un estado de anhedonia. Durso complementa que: “las personas con paracetamol no tienen los mismos niveles altos y bajos como las personas que toman placebos u otros medicamentos.”
Dado que es benceno, parece normal que el paracetamol inhiba todas las sensaciones corporales; sin embargo, y por la misma razón, es indispensable marcar un límite en su consumo cotidiano.
Y para marcar los límites, necesitas información al respecto; como por ejemplo: el cuerpo de unx niñx no recibe de la misma manera un paracetamol para adultos, ya que la dosis puede ser excesiva y, en consecuencia, perjudicial.
Para ello, revisa la cantidad de paracetamol en los empaques de los medicamentos que se van a consumir, y pregunta al pediatra cuáles son las dosis ideales en función a la edad de tu hijx.
Fuente: Ecoosfera