El pasado 6 de abril se celebró el Día Mundial de la Actividad Física, una fecha en la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a toda la población a activarse un poco cada día, no sólo para evitar la obesidad, sino por los múltiples beneficios físicos y mentales que conlleva.
¡Pero ojo! No vale la excusa de que hacer deporte no es para todos, porque realizar una "actividad física" no es lo mismo que hacer "ejercicio". Según la OMS , la primera implica "cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía", mientras que lo segundo es una "actividad planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física".
Y es que activarse físicamente puede ser tan sencillo como usar las escaleras en lugar del ascensor, moverse a pie o en bici en lugar de automóvil y realizar tareas domésticas o salir a bailar más seguido.
Si aún no estas convencidos de los beneficios de esto, aquí te compartimos algunos datos interesantes sobre el tema:
- El 6% de las muertes registradas en todo el mundo son derivadas por la inactividad física. Esto significa que incluso los cánceres de mama y colon (el 21% y 25%), la diabetes (27%) y la cardiopatía isquémica (30%) están relacionados al sedentarismo extremo.
- La actividad física es vital para el desarrollo infantil pues ayuda al aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones), el sistema cardiovascular (corazón y pulmones) y el neuromuscular (coordinación y control de movimientos).
- La recomendación mínima de actividad físicas son 60 minutos diarios en actividades aeróbicas de intensidad moderada a vigorosa (para niños y jóvenes de 5 a 17 años), y 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada o 75 de actividad física vigorosa (para adultos de entre 18 y 64 años).
- Para los adultos implica una mejora en la salud ósea, reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria y accidente cerebrovascular.
- En jóvenes, la actividad física tiene efectos psicológicos benéficos y ayuda a prevenir la ansiedad y depresión.