A los 30 años, no solo el cuerpo comienza a mostrar las primeras señales de envejecimiento: arrugas, flacidez y aumento de peso. A esta edad, se han acumulado una serie de experiencias que han formado la persona que somos, pero ¿cuáles son las lecciones de vida que se aprenden antes de los 35?
La creencia más común es que la edad adulta implica estabilidad. Sin embargo, las personas siguen perfeccionando su comportamiento y carácter. Es una etapa en la que continúa el aprendizaje en diversas áreas de la vida, explica Rocío Fernández-Ballesteros, catedrática de Personalidad de la Universidad Autónoma de Madrid.
1. Errores son el mejor aprendizaje. Al final, somos seres humanos imperfectos que al tomar decisiones equivocadas cometemos fallas, que en la mayoría de casos tienen solución. La lección que queda es aprender de ellos y no repetirlos.
2. Salud importa y se tiene que cuidar. Es de lo más valioso de la vida, sin ella nada más importa. La atención se centra en mantenerse con la mejor condición física, emocional y mental, a través de ejercicio, dieta saludable, mejor calidad de sueño, así como rodeado de buenas compañías y amistades
3. Necesario encontrar equilibrio entre el trabajo y la familia. El empleo comienza a tener otro sentido; consideras las horas invertidas en el trabajo para pasar más tiempo con la familia. Es decir, vivir con un sentido y misión.
4. Afecta menos el “qué dirán”. A los 35 comienzas a entender que difícilmente vas a ser cómo el “mundo” dicta. La aprehensión por ser aceptado en cierto círculo desciende porque comprendes mejor que “cuando a la gente no le agradas, no pasa nada realmente”, el mundo no se acaba.
5. Celos desgastan. Una gran lección es tener claro que este sentimiento daña las relaciones de pareja y que no es la manera “correcta” de demostrar amor o que esa persona te importa. En cambio, lo “ideal” es mostrar confianza, esta actitud hace que todo sea más fácil.
6. Dolor no es igual que sufrimiento. El dolor emocional es una manera de saber que algo anda mal y que tenemos que cambiar, pero el sufrimiento es una elección que podemos cambiar para dejar de afligirnos y así seguir adelante con más fuerza.
7. Escapar de las deudas. Aunque parecen necesarias, no siempre lo son. Causan mucho estrés y problemas. Lo mejor es adaptar el estilo de vida a los ingresos actuales, administrar los gastos para satisfacer las necesidades y comenzar con un plan de ahorro.
8. Amor y respeto propio. Cuando se desarrollan estos sentimientos, te sientes merecedora de las cosas buenas de la vida, disfrutas de ellas y vives con motivación. Cuando obtienes éxito y reconocimientos no te autosaboteas. Logras paz interior y llevas una vida más tranquila y relajada.