Llegó el momento de comer los alimentos tal como vienen, con la precaución de comprar aquellos cultivados orgánicamente para evitar los agroquímicos, avisa Prevention.
Normalmente, descartamos la cáscara y piel de frutas y vegetales, engrosando la cantidad de basura que producimos diariamente, porque no se nos ocurre nada mejor que hacer con ellas.
Sin embargo, allí suelen esconderse sustancias nutritivas que podrían ser beneficiosas para prevenir enfermedades, sostiene Matthew G. Kadey, especialista en dietética, en la revista Prevention.
“Algunos de los mejores antioxidantes protectores de la salud se encuentran en la piel”, afirma Susan Percival, profesora de nutrición en la Universidad de Florida, en la revista Women’s Health. Podríamos decir, entonces, que llegó el momento de comer los alimentos tal como vienen, con la precaución de comprar aquellos cultivados orgánicamente para evitar los agroquímicos, avisa Prevention.
Te acercamos algunas ideas para aprovechar el poder nutritivo de las cáscaras:
Alrededor de la mitad de las fibras capaces de saciar el apetito se encuentran en su piel, indica Kadey. Y sugiere la siguiente receta: coloca las cáscaras en una bandeja para horno y rocíalas con aceite, sal, pimienta negra y pimentón. Cocínalas a 200°C (400°F) durante 10 ó 15 minutos, hasta que estén crujientes. ¡Sírvelas con un dip!
Su piel, parecida a una hoja de papel fino, contendría fibra y más antioxidantes (quercetina y fructano) que la cebolla misma, según el portal WebMD.
La quercetina es un flavonoide protector del corazón, que podría contribuir a reducir la presión sanguínea y las placas en las arterias, de acuerdo con el portal. En tanto, los fructanos serían buenos para el intestino, ya que son prebióticos, añade. Puedes aprovechar la piel de la cebolla para potenciar el sabor de caldos y sopas. Cocínala a fuego lento y luego cuélala antes de servir los platos.
La parte blanca de la cáscara contiene citrulina, un aminoácido con un abanico de beneficios, según WebMD. Podrías licuarla junto a la pulpa, con jugo de lima y menta.
Su cáscara contendría más flavonoides y hasta cuatro veces más fibra que la pulpa, indica el sitio antes mencionado. Los flavonoides –tangerina y nobiletina– tendrían propiedades antiinflamatorias e incluso podrían contribuir a reducir el colesterol. Ralla las cáscaras y agrégalas a tus carnes, pescados, ensaladas y cócteles.
No pongas mala cara, también se puede comer su piel peluda. Es rica en vitamina E y en flavonoides, describe Kadey.
Propone la siguiente receta: coloca en una licuadora un kiwi sin pelar, ½ taza de fresas congeladas, 1 taza de jugo de naranja y ½ taza de yogur natural.
¿Qué tal? Ya puedes comenzar a disfrutar de frutas y vegetales ¡enteros! Eso sí, recuerda consultar a un médico o nutricionista antes de implementar cambios en tu alimentación.