La ingesta de alimentos procesados, fritos, dulces y guisados representa una de las principales causas de obesidad y sobrepeso en Venezuela. La información se desprende del estudio hecho por el Instituto Nacional de Nutrición (INN) entre 2008 y 2010 que caracterizó los patrones de consumo en el país.
El estudio evaluó las condiciones socioeconómicas, antropométricas y de consumo de 22.646 personas entre los 7 y los 40 años. Se evidenció que la población obesa y con sobrepeso de entre 7 y 17 años prefiere comer los alimentos fritos y guisados a sancochados o al vapor.
El texto detalla que al consultarse el modo de cocción que prefieren los niños de entre 7 y 17 años, la categoría "guisado" obtuvo el primer lugar con un 89,40% de preferencia y la categoría "frito" 85,22%.
En el caso de los adultos de entre 18 y 40 años, el 85,53% prefiere comer "guisado", el 81,72% "sancochado, cocido o al vapor" y 80,38% prefiere los alimentos "fritos", los cuales ingiere de forma diaria o semanal.
"Asimismo, se evidenció un consumo frecuente de azúcar simple, adicionada a jugos naturales y/o en bebidas gaseosas e instantáneas y malta. También se aprecia el aporte de grasas provenientes de margarina, mayonesa, quesos, grasos y leche completa", refiere el informe denominado Primer Estudio Nacional de Prevalencia de Sobrepeso y Obesidad y sus Factores Exógenos en la Población de 7 a 40 años, Venezuela 2008- 2010.
Si bien la población venezolana tiene acceso a proteínas y alimentos de alta calidad nutricional, el modo de cocción y hábitos como, por ejemplo colocar azúcar a las bebidas calientes, preferir refrescos o maltas al agua, agregar sal en exceso a los platos ya servidos, influye en el peso generando en ocasiones sobrepeso y en otros obesidad.
Ambas enfermedades están relacionadas. El sobrepeso es, como lo indica su nombre, un exceso de peso, por encima del recomendado de acuerdo a la estatura y requerimiento energético de la persona; y la obesidad— registrada por la Organización Mundial de la Salud como la sexta causa de riesgo de muerte en el planeta— es una acumulación anormal de grasa, causante de al menos seis tipos de cáncer, diabetes e hipertensión.
En Venezuela, 38,6% de la población está afectada por el sobrepeso o la obesidad. Esto indica que al menos 4 de cada 10 venezolanos está por encima de su talla.
Hace diez años, la situación era contraria. El 13,5% de la población estaba subnutrida. Por ello, la Revolución Bolivariana puso el foco en esto e implementó diversas políticas que le permitieron bajar el índice a menos de 5%.
Fueron creadas redes de distribución de alimentos, como Mercal y la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), que hoy alcanzan 22.000 puntos en todo el país.
Igualmente se realizan a diario mercados a cielo abierto, en los que los venezolanos de todo el país puede ir y adquirir productos subsidiados en 80%.
Se creó además un Ministerio de Alimentación encargado de ejecutar las políticas de distribución de productos, a los que tiene acceso 65% de la población.
La seguridad alimentaria le permite a los venezolanos comer más y mejor. El problema ahora se centra en qué y cómo se come. El Gobierno Nacional ha puesto el acento en la promoción de la campaña Agarra dato, come sano que difunde información nutricional en medios de comunicación, centros de trabajo e instituciones educativas con el objetivo de generar cambios en los hábitos alimenticios de los venezolanos.
Este martes, cuando se celebra en Venezuela el Día de la Alimentación, a propósito de haberse creado un 18 de noviembre de 1949 el Instituto Nacional de Nutrición, por mandato del presidente de entonces, Rómulo Gallegos, el país continúa el debate sobre el comer bien.
La directora técnica del INN, María Mercedes Alayón, ha dicho que la obesidad es también un problema político que requiere de consensos, acciones y también cambios de conciencia orientados a promover mejores hábitos de consumos.
"La idea no es que todos seamos una copia de algún modelo impuesto, la idea primero es aceptar nuestra estética de manera saludable, empezar a ser críticos ante el bombardeo constante de la publicidad que arrasa con todo borra nuestras memorias, olvidando nuestros orígenes. Empezar por enjuiciar lo que nos llevamos a la boca y el porqué lo hacemos, valorar nuestra cultura alimentaria y hacerla nuestra aliada para derrotar lo extraño, que hoy no sentimos que nos daña, pero que silenciosa y lentamente nos está matando", escribió en el artículo La obesidad como problema político, publicado en la página del INN en mayo de este año 2014.