Universidades podrían hacer más por estudiantes con enfermedades crónicas

Muchos centros sanitarios universitarios podrían carecer de los recursos para atender del todo a los estudiantes con afecciones crónicas de salud, sugiere un estudio reciente.

La investigación, que aparece en línea el 27 de octubre en la revista Pediatrics, encuestó a los directores de los centros de salud de 153 universidades de EE. UU. Encontró que aunque la mayoría de ellos sentían que su centro podía atender a los estudiantes con asma o depresión, apenas la mitad dijeron que podían gestionar la diabetes.

Y a pesar de la confianza en su atención del asma y la depresión, la mayoría de centros no identificaban activamente a los estudiantes entrantes con problemas crónicos de salud. Apenas una cuarta parte contactaban a esos estudiantes para animarles a realizar una primera cita.

Con frecuencia, los centros sanitarios universitarios tienen limitaciones en lo que pueden hacer, debido a unos presupuestos ajustados, señalaron los expertos.

"La financiación de muchos se ha reducido de forma significativa, y algunas universidades ahora 'subcontratan' sus servicios de salud", comentó el Dr. Terrill Bravender, profesor de pediatría de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor.

Y no hay directrices oficiales sobre los tipos de servicios que las universidades deben ofrecer, según Bravender, que redactó un editorial publicado con el estudio. "Incluso antes de que los estudiantes lleguen, hay una amplia variación en los requisitos de evaluación de la salud de las universidades", dijo.

Anotó que los expedientes de vacunación son obligatorios para la mayoría de las universidades, pero que difieren en si requieren que los estudiantes se hagan exámenes físicos o provean unos antecedentes médicos completos, incluyendo los medicamentos.

¿Y por qué son los servicios sanitarios de las universidades importantes? "Algunas personas argüirían que los estudiantes pueden acudir al proveedor de atención primaria de la comunidad", señaló Bravender. "Eso parece sencillo, pero no lo es".

La Dra. Diana Lemly, la investigadora líder del estudio, se mostró de acuerdo. "Con frecuencia los nuevos estudiantes están lejos de casa, en promedio unas 90 millas (145 km)", apuntó Lemly, especialista en medicina de los adolescentes y de los adultos jóvenes del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

Dijo que es demasiado esperar que una persona de 18 años que se está adaptando a la universidad también encuentre un médico en una ciudad desconocida, uno que acepte el seguro de sus padres y que pueda ofrecerle una cita con rapidez. "Es casi imposible", dijo Lemly.

Los hallazgos se basan en encuestas de directores médicos de 153 universidades de EE. UU., públicas y privadas, grandes y pequeñas.

En general, el 83 por ciento dijeron que podían atender a estudiantes con asma persistente, y el 69 por ciento dijeron que podían ayudar a los estudiantes con depresión que solicitaban terapia. Poco más de la mitad dijeron que podían atender a los estudiantes con diabetes tipo 1, una forma de diabetes que requiere de terapia diaria con insulina.

Cuando se les preguntó cómo llegaban a los estudiantes, el 42 por ciento dijeron que su centro no tenía un sistema para identificar a los estudiantes entrantes con enfermedades crónicas. Y el 24 por ciento dijeron que contactaban a los estudiantes para realizar una primera cita, algo que fue más común en las universidades pequeñas y privadas, encontró el equipo de Lemly.

Hay límites en lo que los centros sanitarios en los campus pueden hacer, anotó Bravender. Además de las limitaciones presupuestarias, no pueden "obligar" a los estudiantes a buscar atención. "Después de todo, son adultos jóvenes", señaló Bravender.

Pero añadió que muchas universidades pueden hacer un mejor trabajo al animar a los estudiantes a utilizar los servicios sanitarios disponibles.

En cuanto a los padres de los futuros estudiantes universitarios con afecciones crónicas de salud, Lemly señaló que la planificación es la clave. "Tenga en cuenta que hay una amplia variación en los servicios sanitarios de las universidades, y asegúrese de investigar qué hay disponible en cada universidad", aconsejó.

Lemly anotó que también es aconsejable obtener un "plan de atención" del médico actual de su hijo antes de que se vaya a la universidad. A partir de ahí, dijo, "los estudiantes deben concertar una cita pronto con los servicios de salud del campus".

Bravender se mostró de acuerdo, y dijo que cuando las familias visitan las universidades potenciales, pueden pasar por el centro sanitario. "Los padres pueden tranquilizarse mucho si comprenden los servicios sanitarios disponibles en el campus", afirmó.

La investigación sugiere que al menos el 15 por ciento de los estudiantes de primer año de las universidades de EE. UU. sufren de una afección médica o discapacidad crónica, según Bravender. Pero esa cifra podría en realidad ser mayor, anotó, porque se basa en los informes de los estudiantes.

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