Los científicos desarrollan e implantan tejido intestinal humano en ratones

Una nueva investigación basada en células madre podría mejorar la comprensión sobre las enfermedades intestinales y, en última instancia, conducir a nuevos tratamientos, sugiere un estudio reciente.

Los científicos utilizaron células madre para desarrollar "organoides" de tejido intestinal humano que funcionaba en una placa de laboratorio. Entonces, trasplantaron los organoides a ratones, creando un nuevo modelo para estudiar los trastornos intestinales, según los investigadores.

"Esto ofrece una nueva forma de estudiar las muchas enfermedades y afecciones que pueden provocar insuficiencia intestinal, desde trastornos genéticos que aparecen en el nacimiento hasta afecciones que atacan a una edad más avanzada, como el cáncer y la enfermedad de Crohn", afirmó el investigador líder, el Dr. Michael Helmrath, director quirúrgico del Programa de Rehabilitación Intestinal en el Centro Médico del Hospital Pediátrico de Cincinnati, en un comunicado de prensa del centro.

"Estos estudios también avanzan la meta a más largo plazo de desarrollar tejidos que puedan reemplazar al intestino humano dañado", añadió.

Investigaciones posteriores podrían al final llevar a la capacidad de crear tejido intestinal humano personalizado para tratar las enfermedades gastrointestinales, según los investigadores.

"Estos estudios respaldan el concepto de que las células específicas del paciente se pueden utilizar para crear intestino", explicó Helmrath.

La investigación aparece en la edición en línea del 19 de octubre de la revista Nature Medicine.

Los organoides intestinales se crearon usando las llamadas células madre pluripotentes, que pueden convertirse en cualquier tipo de tejido en el cuerpo. Los científicos crearon esas células madre "en blanco" al reprogramar células adultas extraídas de muestras de piel y de sangre.

Las células madre se colocaron en placas de laboratorio con una mezcla molecular específica que hizo que las células se desarrollaran en organoides intestinales, que se convirtieron en tejido intestinal humano totalmente maduro y en funcionamiento después de trasplantarse en ratones.

Los ratones se modificaron genéticamente para que sus sistemas inmunitarios no rechazaran el tejido humano, anotaron los autores del estudio.

Los científicos reconocen que con frecuencia la investigación con animales no produce resultados similares en las personas.

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