5 razones por las que siempre estás cansada

La falta de sueño no es lo único que puede estar minando tu energía. Hay pequeñas cosas que haces (y no haces) que pueden agotarte, tanto mental como físicamente. Por eso, hicimos una lista con los malos hábitos comunes que los expertos indican pueden hacer que te sientas cansada.

¡Con unos pequeños ajustes a tu estilo de vida puedes recuperar rápidamente tu energía!

#1 Te salteas el ejercicio cuando estás cansada

Saltear tu entrenamiento para ahorrar energía en realidad es contraproducente. En un estudio de la Universidad de Georgia, los adultos sedentarios pero sanos que comenzaron a hacer ejercicio suavemente tres veces por semana por tan solo 20 minutos, dijeron sentirse a la vez menos cansados y con más energía después de seis semanas.

El ejercicio regular aumenta la fuerza y la resistencia, ayuda a que el sistema cardiovascular funcione más eficientemente, y suministra oxígeno y nutrientes a los tejidos. Así que la próxima vez que estés tentada a acostarte en el sofá, al menos sal a dar un paseo a paso ligero; no te arrepentirás.

#2 No bebes suficiente agua

Incluso estar ligeramente deshidratada –tan poco como 2% de la pérdida normal de líquidos– reduce los niveles de energía. La deshidratación provoca una reducción en el volumen de sangre, lo que hace que esta sea más espesa. Esto requiere a tu corazón a bombear con menos eficiencia, reduciendo la velocidad a la que el oxígeno y los nutrientes llegan a los músculos y órganos.

Para calcular tu necesidad normal de líquido, toma tu peso en libras, divídelo por la mitad y bebe esa cantidad en onzas de líquido al día.

#3 Te salteas el desayuno

La comida que consumes alimenta tu cuerpo, y cuando duermes, tu cuerpo sigue utilizando lo que consumió en la cena la noche anterior para mantener el bombeo de la sangre y el flujo de oxígeno. Así, cuando te levantas por la mañana, tu cuerpo necesita abastecerse de combustible con el desayuno. Si te salteas el desayuno, te sentirás agotada.

Lo mejor es que el desayuno incluya granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Buenos ejemplos son la avena con proteína en polvo y un poco de mantequilla de maní; un batido hecho con fruta, proteína en polvo, leche baja en grasa y mantequilla de almendras; o huevos con dos rebanadas de pan integral tostado y yogur griego bajo en grasas.

#4 Comes demasiada comida chatarra

Los alimentos cargados de azúcar y carbohidratos simples tienen un alto rango en el índice glucémico (GI), un indicador de la rapidez con que los carbohidratos aumentan el azúcar en la sangre. Y los picos de azúcar en la sangre constantes, seguidos de fuertes caídas, causan fatiga durante el transcurso del día.

Puedes mantener el azúcar en la sangre estable al ingerir proteína magra junto con un grano entero en cada comida. Algunas buenas opciones son el pollo (al horno, no frito) y el arroz integral, el salmón y el camote, o la ensalada con pollo y fruta.

#5 Bebes una copa de vino (o dos) antes de acostarte

Aunque una copa de vino puede parecer una buena manera de relajarse antes de dormir, lo cierto es que puede resultar contraproducente. El alcohol deprime inicialmente el sistema nervioso central, produciendo un efecto sedante pero, en última instancia, sabotea el mantenimiento del sueño.

El alcohol produce un efecto rebote cuando es metabolizado, creando un aumento abrupto de adrenalina. Es por eso que es más probable que despiertes en medio de la noche después de haber estado bebiendo. Lo mejor es evitar el alcohol tres o cuatro horas antes de acostarte.

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