10 grandes mentiras sobre la nutrición que cambiarán tu vida

Todas las hemos creído y –lo que es peor– hemos regido nuestros hábitos alimenticios en base a estas grandes mentiras disfrazadas de verdades. Pero, YA NO MÁS: hoy las desenmascararemos y al fin podrás conocer la pura realidad sobre tu nutrición. 

#1 La mala reputación de las grasas saturadas

Para muchos, las grasas saturadas son casi como una mala palabra. Y es que, hace un par de décadas, se creía que el consumo de este tipo de grasas resultaba inevitablemente en enfermedades cardíacas. La realidad es, justamente, lo contrario: las grasas saturadas incrementan la producción de colesterol bueno y este es muy bueno para proteger al corazón.

#2 La "maldad" de las proteínas

Hay quienes dicen que la ingesta excesiva de alimentos proteicos es muy perjudicial para los huesos y los riñones. Pero, esta afirmación no representa más que un verdadero disparate. Para empezar, estos nutrientes mejoran la salud ósea y descienden los riesgos de padecer fracturas. Por otro lado, el consumo de proteínas es muy aconsejable para el tratamiento de la diabetes y la hipertensión, que son las enfermedades más asociadas con la insuficiencia renal.

#3 ¡Lejos de los huevos!

A lo largo de la historia de la humanidad, muchos "anti-huevistas" se han empeñado en recalcar lo perjudicial que es este alimento. Ahora bien, esto no es así: los huevos impulsan la producción de colesterol bueno y este tiene una gran multiplicidad de beneficios para el organismo que se encuentran sobre todo vinculados con laprevención de enfermedades cardiovasculares.

#4 ¿Lo ideal? Los alimentos bajos en grasas

A la hora de comprar un alimento, es fundamental que prestes atención a TODA su tabla nutricional –no solo son las grasas lo que cuenta–. Esto se debe a que en la gran mayoría de los casos, y para que los alimentos no pierdan su textura y sabor apetecibles, la carencia de grasas es compensada con endulzantes artificiales y otras porquerías químicas, que son muchísimo peores que las pobres y despreciadas grasas. Así que, ¡ojo!

#5 La cantidad y frecuencia

Hay muchas dietas que se basan en la premisa de que lo ideal es "comer poco y con frecuencia". Pero, lo cierto es que esto no es muy determinante. Lo que en verdad importa al final del día es cuántas calorías hayamos consumido y cuántas hayamos quemado. En otras palabras, lo fundamental termina siendo la cantidad de comida que ingieres y no tanto su distribución.

#6 Azúcar = calorías vacías

Para muchos, la razón por la que se debe restringir el consumo de azúcar tiene que ver con el hecho de que solo aporta calorías vacías –que son las que no contienen ningún tipo de valor nutricional–. Ahora bien, este no es el principal perjuicio del azúcar. Así, la mayor desventaja se relaciona con el alto contenido de fructuosa, que afecta nuestro metabolismo y nos impulsa a consumir más grasas. 

#7 Granos, granos y... más granos

El consumo de granos es recomendable, pero, ¡tampoco la pavada! Y es que, para empezar, los granos no contienen tantos nutrientes como las frutas o los vegetales. Además, si son consumidos en exceso pueden terminar por dañar el tracto intestinal, y generar hinchazón y fatiga.

#8 ¡Fuera las comidas bajas en carbohidratos!

Quién sabe de dónde habrá salido la idea de que las dietas bajas en carbohidratos no son recomendables. La verdad es que este tipo de plan alimenticio es mucho más saludable que uno bajo en grasas. ¿Por qué? Bueno, una dieta baja en carbohidratos reduce la grasa corporal y equilibra la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre. 

#9 Nada de calorías nocturnas

"Las calorías nocturnas engordan más que las diurnas". Esta afirmación ha sido repetida millones de veces, pero encierra un error de concepción. Las calorías son siempre calorías: en sí, no engordan más, ni menos. Lo determinante es qué hacemos con ellas. 

#10 Los carbohidratos: la fuente de energía por excelencia

La energía debe obtenerse de los carbohidratos y no de las grasas –esta es la concepción de muchos–. Ahora bien, si la adoptáramos tendríamos que consumir más azúcares y granos y menos huevos y carnes. Pero, qué es más sano, ¿un huevo o un cubo de azúcar? 

Te podría interesar

Deja tu comentario