Un metaanálisis revela que beber una o dos copas con alcohol por día protege a los hipertensos de la enfermedad cardíaca y la muerte.
El análisis, del equipo de Qi-Qiang He, de la Facultad de Salud Pública/Instituto de Salud Global de la Universidad de Wuhan, China, combina nueve estudios previos sobre casi 400.000
personas con presión alta que habían informado el consumo de alcohol (vino, cerveza y las bebidas destiladas). Se registraron los casos de enfermedad cardíaca, ACV, insuficiencia cardíaca y muerte por cualquier causa.
El equipo organizó a los participantes en cuatro grupos: bebedores ocasionales, abstemios, bebedores de 10 g de etanol (alcohol puro) por día y bebedores de 20 o 30 g diarios de
etanol. En Estados Unidos, una copa de vino de 147 ml, una botella de cerveza de 354 ml y una medida de bebida destilada de 44 ml contienen 14 g de alcohol.
Los autores observaron que la enfermedad cardiovascular, los infartos, los accidentes cerebrovasculares (ACV) y otros riesgos disminuían a medida que aumentaba el consumo de alcohol, según publica el equipo en Mayo Clinic Proceedings.
El equipo aclara que el estudio incluyó pocos grandes bebedores y que investigaciones previas habían hallado que la reducción del riesgo cardíaco desaparece en los grandes
consumidores de alcohol o que se dan atracones con la bebida.
El riesgo más bajo de morir por cualquier causa se detectó en los que bebían entre 8 y 10 g/día de alcohol, mientras que el riesgo más alto se registró en los bebedores ocasionales o los abstemios. Los que bebían poco o con moderación eran un 18 por ciento menos propensos a morir durante el estudio que los que no bebían alcohol. “Esto se observó primero en las personas normotensas”, dijo He por e-mail.
Si existen, los beneficios del alcohol deberían ser aún más pronunciados en las personas sin presión alta, según dijo el doctor Franz H. Messerli, cardiólogo de la Escuela Icahn de
Medicina de Mount Sinai, Nueva York.
“Una o dos copas de alcohol por día es la cantidad promedio recomendada de alcohol”, recordó Messerli por e-mail. Pero aclaró que hasta esas pequeñas cantidades están asociadas con un aumento de riesgo de desarrollar hipertensión.
“No sabemos si el consumo moderado de alcohol es realmente cadioprotector o si es apenas un marcador de un estilo de vida saludable”, indicó Messerli.
Los que beben con moderación también tienden a formar el subgrupo social más saludable. “Las personas que no beben suelen ser mayores, tener una alimentación menos saludable y hacer menos ejercicio que las personas que beben con moderación”, dijo el cardiólogo.