Un reciente anuncio científico está iniciando un debate que involucra a genes, seres humanos y a la ética médica.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts dijeron que pronto podrían revertir el Sindrome de Down, "silenciando" a los cromosomas que, en algún momento de la gestación, disparan esta condición.
Los científicos de Massachusetts explicaron que, con una técnica de manipulación genética, están a un paso de lograr tratar el Sindrome de Down y hasta revertir la condición con la que viven 250,000 personas en el país, según la Asociación Americana de Medicina (AMA).
Cada año nacen 7,000 bebés con Sindrome de Down. La AMA también explica que el 80% de las embarazadas que se realizan exámenes genéticos y saben que tendrán un bebé Down continúan con su embarazo.
La noticia de que este sindrome se podría convertir en una condición reversible hizo temblar los cimientos éticos de Jawanda Mast, quien es mamá de Rachel, una joven de 14 años con Down. En su blog, Mast escribió: "siempre pensé sobre lo que haría si me enterara que la condición de mi hija tiene cura. Ahora no lo sé... ella es perfecta, pero el mundo no lo es".
La mamá oriunda de Kansas dijo también que hubiera dado la vida por quitar de su hija ese cromosoma extra que la hizo nacer con Sindrome de Down. Pero, en una entrevista con la cadena NBC sobre esta nueva investigación, se preguntó ante cámaras... "¿cómo impactaría el cambio en ella?".
Los seres humanos nacemos normalmente con 23 pares de cromosomas en cada célula, es decir 46 cromosomas en total. Las personas con Sindrome de Down tienen 47 en cada célula.
Los científicos tomaron células de la piel de una persona con Down y, a partir de ellas, crearon células madre —las que se pueden transformar en cualquier célula o tejido del organismo—. Al insertar estas células en un gen específico comprobaron que se podía "silenciar" al cromosoma 21, responsable del sindrome.
Julie Cevallos, directora de la National Down Syndrome Society y mamá de una niña de 5 años con Down, levanta una voz de alerta: "no queremos cambiar a nuestros hijos, queremos que reciban el mejor apoyo y tratamiento".
Pero, el camino de la ciencia ya ha tomado otro rumbo. "Hoy en día ya no vemos gente con polio, o con las marcas de la viruela en sus rostros", expresó Art Caplan, jefe del Departamento de Ética Médica la Universidad Langone en Nueva York a NBC. "Lo mismo ocurrirá, a pesar de las críticas de muchos, con condiciones como el Sindrome de Down, a medida que la terapia genética vaya aproximándose a una cura".