La uva ha estado presente en nuestra tierra desde hace mucho tiempo. Hay evidencias que afirman que la uva existe desde tiempos prehistóricos, aunque probablemente se empezó a cultivar hace aproximadamente 7000 años en Asia.
La uva se ha relacionado muy de cerca con muchos aspectos importantes de la humanidad. En la Biblia, la uva es “el fruto de la vid”, una expresión que dentro de los textos bíblicos tiene determinada importancia; en la cultura egipcia, hay grabados de uvas tallados en jeroglíficos sobre las tumbas; en la cultura romana y griega, la uva era venerada debido a la producción de vinos.
Hoy en día, en el mundo existen aproximadamente 53,000 km2 de tierras con cultivos de uvas, las cuales producen los 150 billones de libras de uvas que se producen anualmente. La mitad de toda la uva producida en el mundo proviene de Italia, China, España y Francia.
Existen tres especies principales de uvas, la europea (Vitis vinifera), la norteamericana (Vitis labrusca y Vitis rotundifolia) y los híbridos de origen francés. Cada sembradío de uvas tiene un propósito distinto, aunque todas las uvas se destinan para alimentación, algunas son para comerse frescas, otras para comerse secas, y otras se destinan a la producción de vinos.
Para qué sirve la uva
Las uvas ofrecen una combinación de dulzura y textura, su sabor agridulce las han hecho una popular elección como un alimento entre comidas que además resultan muy refrescantes. Y aunque son pequeñas, las uvas ofrecen muy diversas propiedades excelentes para la salud.
Además, el resveratrol también reduce las posibilidades de padecer un infarto, ya que reduce la susceptibilidad de los vasos sanguíneos al daño, disminuyendo la actividad de una hormona que causa la constricción de los vasos sanguíneos y al mismo tiempo, incrementando la producción de una sustancia que dilata los vasos, el óxido nítrico.
Si estos beneficios fueran pocos, el resveratrol también funciona como un poderoso antioxidante que puede proteger contra el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de próstata y de colon, y contra enfermedades degenerativas como el Alzheimer y las infecciones virales y micóticas.
Los antioxidantes de las uvas
Los antioxidantes presentes en las uvas son de distintos tipos, algunos bastante convencionales como la vitamina C y el manganeso, y otros más complejos como el resveratrol, las antocianinas y la quercetina. En realidad, la cantidad de antioxidantes que poseen las uvas pueden contarse hasta por cientos.
Las antocianinas de las uvas son antioxidantes que tienen propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias, antialérgicas y hasta anticancerígenas. A decir verdad, las antiocinaninas y el resto de los antioxidantes presentes en las uvas tienen propiedades similares que en conjunto se potencian.
Se debe tener en cuenta que la mayor cantidad de antioxidantes en las uvas se encuentra presente en la semilla y en la cáscara. Si bien es complicado beneficiarse de la buena cantidad de antioxidantes en las semillas, es bastante sencillo aprovechar las presentes en la cáscara.
Beneficios saludables de las uvas
Hay una gran cantidad de beneficios que las uvas proporcionan a nuestra salud. Las uvas reducen los niveles ácidos de ácido úrico y ayuda a eliminarlo del sistema, por lo que puede ayudar a mejorar las enfermedades de los riñones.
Los antioxidantes flavonoides se caracterizan por reducir el daño que los radicales libres causan en los ojos, por lo que puede evitar el desarrollo de cataratas, entre otros problemas oculares.
Las uvas tienen dos compuestos químicos que ayudan a controlar muy bien el colesterol. El pterostilbeno es un compuesto que reduce los niveles de colesterol, mientras que las saponinas evitan la absorción del colesterol en el aparato digestivo.
Las uvas también poseen una propiedad laxante, y pueden ser un útil tratamiento para el estreñimiento crónico ya que sus compuestos mejoran las funciones de los músculos intestinales y los músculos del estómago.
Contraindicaciones de las uvas
Las uvas son muy seguras para la mayoría de las personas. Debido a su efecto laxante, comer uvas en exceso puede provocar diarrea, y algunas personas pueden tener reacciones alérgicas a ciertos compuestos de las uvas. Algunas de estas reacciones incluyen dolor estomacal, indigestión, vómitos, tos, boca seca, dolor de cabeza, y otros síntomas.
Algunos de los medicamentos que pueden interferir con los compuestos de las uvas son aquéllos que son asimilados por el hígado. Tomar estos medicamentos y uvas simultáneamente puede reducir los efectos de la medicina.
Efectos similares ocurren con el consumo simultáneo de uvas y Fenacetina. Y la Warfarina, un medicamento para la coagulación de la sangre, puede incrementar su efecto y causar hemorragias.
Es recomendable consultar a un médico si se planea consumir uvas de manera regular y se usa alguno de los medicamentos citados previamente.