La hepatitis puede ser un factor que dispara los niveles de glucosa en la sangre

Según el doctor Paulo López Guillén, jefe de la Clínica de Infectología Juan I. Menchaca del IMSS en Jalisco, el virus de la hepatitis propicia que el hígado no realice una parte de sus funciones, entre ellas colaborar con el páncreas en la producción de insulina.

Como resultado de la ausencia de esta hormona, los niveles de glucosa en la sangre se disparan hasta un grado que se puede diagnosticar diabetes en un paciente.

El especialista añade que los virus que provocan la hepatitis tipo B y tipo C son más perjudiciales, pues tienden a provocar que la enfermedad sea crónica y el hígado vaya sufriendo un daño paulatino. Al respecto, destacó que un alto porcentaje de los casos de hepatitis pueden darse sin presentar cursos evidentes, por lo cual es importante que de manera periódica se realicen estudios de laboratorio.

En este sentido, López Guillén explica que la mayoría de las personas que sufren hepatitis no llega a generar un daño hepático agudos para que se presente “un cuadro clínico de ictericia o coloración amarillenta en la piel y en la parte blanca de los ojos (esclera)”.

Ante esto, son recomendables las evaluaciones periódicas, especialmente para las personas que hayan tenido una transfusión antes de 1986, para quienes tengan piercings y tatuajes, así como para quienes han consumido drogas vía intravenosa, dado que el virus de la hepatitis C se concentra en la sangre.

Cuando el virus de la hepatitis C ha ingresado al organismo, en el 95 por ciento de las ocasiones se queda ahí y puede pasar mucho tiempo antes de que se exprese, por lo cual se considera como crónico. “En el cinco por ciento restante, las personas que entran en contacto con el microorganismo forman anticuerpos que impiden al virus instalarse en el hígado y por lo tanto “no quedan ni como portadores ni mucho menos llegan a enfermar”, afirmó.

En el caso de la hepatitis B, el investigador señaló que el virus que la provoca se transmite de manera similar al del VIH, por vía sexual y sanguínea, lo que lo hace altamente peligroso.

El padecimiento puede ser detectado por el médico familiar a través de una biometría hemática (análisis de sangre). En esta prueba puede identificar la disminución de plaquteas y el aumento de los glóbulos blancos y anemia, condiciones que pueden hacerle sospechar la presencia de hepatitis.

Es importante que se realice también una prueba de función hepática, en la cual se analizan las enzimas del hígado (especialmente las transaminasas); cuando existe un problema en este órgano estas enzimas tienden a elevarse.

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