Expertos recomiendan desayunar a las 9 y cenar a las 4 pm

APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. – Mantener horarios regulares de alimentación se ha convertido en un pilar fundamental para la salud, y recientes investigaciones señalan que lo más recomendable es desayunar alrededor de las 9 de la mañana y cenar a las 4 de la tarde. Esta propuesta, que puede parecer poco convencional para muchos, tiene bases científicas sólidas y puede generar importantes beneficios para la salud física y mental.

Especialistas en nutrición explican que desayunar a las 9 permite que el cuerpo haya completado su proceso de descanso y limpieza metabólica durante la noche. Este horario optimiza la digestión y proporciona la energía necesaria para afrontar las primeras actividades del día. Además, ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, evitando picos de insulina que pueden generar cansancio o aumento de peso. Estudios recientes sugieren que un desayuno tardío, dentro de un rango razonable como las 9 a.m., también favorece la concentración y el rendimiento cognitivo, especialmente en adultos jóvenes y personas con jornadas laborales exigentes.

Por su parte, cenar temprano, alrededor de las 4 de la tarde, tiene múltiples beneficios que van más allá del control del peso. Comer temprano permite que el cuerpo complete la digestión antes de dormir, evitando molestias como reflujo, acidez o insomnio. Asimismo, se ha demostrado que cenar tarde está vinculado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, incluyendo hipertensión y diabetes tipo 2. Un horario temprano para la cena también contribuye a regular los ritmos circadianos, es decir, el reloj biológico que regula funciones como la producción hormonal, la temperatura corporal y los ciclos de sueño.

Los nutricionistas también enfatizan la importancia de combinar horarios fijos con una alimentación equilibrada. No solo se trata de “a qué hora” comer, sino de “qué y cómo” se consume. Incluir proteínas magras, carbohidratos complejos, grasas saludables y frutas y verduras en las comidas principales potencia los beneficios de mantener un horario regular. Además, se recomienda limitar los ultraprocesados y azúcares añadidos, especialmente en la cena, para mejorar la digestión y favorecer un descanso reparador.

Adoptar esta rutina puede generar impactos positivos en la salud mental y emocional. Mantener horarios fijos reduce el estrés relacionado con la alimentación y promueve hábitos conscientes, mejorando el bienestar general. Incluso, algunos estudios señalan que quienes cenan temprano presentan mayor estabilidad emocional y menor irritabilidad durante el día.

En definitiva, ajustar los horarios de desayuno y cena puede parecer un cambio sencillo, pero sus efectos en la calidad de vida, la energía diaria y la prevención de enfermedades son significativos. La recomendación de desayunar a las 9 y cenar a las 4 refleja un enfoque integral de salud, donde la disciplina horaria y la alimentación equilibrada se combinan para optimizar el funcionamiento del cuerpo y la mente.

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