Dormir separados debilita la relación

APUNTE.COM.DO, Santo Domingo.– Lo que muchos llaman “divorcio del sueño” gana terreno en distintos países, pero los psicólogos coinciden en que dormir en habitaciones separadas no es tan inofensivo como parece. Más allá de la comodidad individual, esta práctica puede minar silenciosamente la estabilidad de la relación.

El costo emocional

La cama compartida es un espacio de conexión. Allí no solo se duerme, sino que también se conversa, se bromea, se acaricia y se fortalece la complicidad de pareja. Cuando esa rutina se rompe, aumenta la sensación de distancia y de soledad emocional. “Una cosa es dormir mejor, y otra muy distinta es vivir desconectados”, advierten especialistas en terapia de pareja.

Menos intimidad, más conflictos

Dormir separados de manera habitual reduce las oportunidades de contacto físico espontáneo, lo que a mediano plazo impacta en la vida sexual. Estudios de la American Academy of Sleep Medicine señalan que parejas que duermen en cuartos distintos reportan menor satisfacción general, más discusiones y un deterioro gradual de la intimidad.

En culturas como la dominicana, donde el valor de la unión de pareja está muy arraigado, este hábito suele interpretarse como señal de desinterés, indiferencia o incluso de rechazo. “El problema deja de ser el ronquido o el insomnio, y pasa a convertirse en un muro invisible entre dos personas que antes compartían todo”, explican psicólogos locales.

Un error disfrazado de solución

Aunque muchos lo justifican por razones médicas o laborales, los expertos sostienen que separar camas debe ser una medida excepcional y temporal, nunca una norma. La verdadera solución, dicen, está en buscar ayuda profesional para mejorar el descanso, ajustar rutinas y sobre todo reforzar la comunicación.

El mensaje de fondo

Al final, lo que se pierde no es solo el descanso compartido, sino la intimidad cotidiana que sostiene la relación. Una pareja que deja de encontrarse en la noche corre el riesgo de perder también el día.

Porque cuando el amor se acuesta en habitaciones separadas, la distancia no solo se mide en metros, sino en sentimientos.

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