La falta de descanso adecuado afecta la memoria y el cerebro

APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO, RD .– Dormir bien no es solo un placer, es una necesidad vital que impacta directamente la memoria y el funcionamiento cerebral. Numerosas investigaciones demuestran que la falta de descanso puede derivar en fallos de concentración, disminución de la agilidad mental e incluso aumentar el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer .

El sueño profundo cumple funciones fundamentales para nuestro sistema nervioso: consolida los recuerdos, elimina toxinas acumuladas a lo largo del día, y activa procesos de reparación neuronal. La fase REM, especialmente, contribuye a la limpieza de sustancias dañinas en el cerebro . Cuando el descanso es insuficiente o fragmentado —como ocurre en el insomnio o apnea del sueño— el cerebro no logra completar estos procesos, lo cual genera fatiga cognitiva, olvidos frecuentes y deterioro de la memoria a largo plazo .

En el caso dominicano, el psicólogo clínico Dr. Luis Vergés explica que “la falta de sueño y de descanso altera la salud mental y la conducta del ser humano” y que “cuando las personas alteran esos patrones, también se altera la conducta y la concentración, la memoria” . Este mensaje refleja una realidad local: el descanso no solo repercute en el cerebro, sino en el equilibrio emocional y social del individuo.

Además, el Dr. José Medina Bairán, destacado experto dominicano en trastornos del sueño y cofundador de la plataforma de telemedicina Medicus, advierte que “dormimos un tercio de nuestras vidas por una razón”, subrayando que no respetar ese tiempo de descanso puede tener consecuencias devastadoras para la salud física y mental .

Expertos internacionales también aportan luz sobre el impacto de dormir poco. El especialista Tiago Sá señala que permanecer despierto por 17 horas disminuye las capacidades cognitivas al nivel de tener 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, afectando funciones superiores como la atención y la memoria, e incluso favoreciendo la acumulación de beta-amiloide asociada al Alzheimer . En esa misma línea, Juan Nattex advierte en redes sociales que con solo cuatro horas de sueño comienzan a aparecer “fallos de memoria”; a medida que se reduce aún más el descanso, los efectos se agravan hasta provocar colapso físico y mental .

Para restituir el bienestar mental, varios especialistas recomiendan fomentar una buena higiene del sueño. Según el doctor Àlex Ferré, “el sueño es acumulativo y la falta de sueño genera una deuda que se puede compensar” —aunque advierte que recuperar el descanso no es instantáneo ni proporcional— . También sugiere seguir seis pautas clave: mantener horarios regulares, evitar cafeína al menos ocho horas antes de dormir, usar luz cálida en la noche, cenar ligero, reducir la exposición a pantallas y conservar un ambiente fresco y silencioso en el dormitorio .

En resumen, combatir el déficit de sueño exige reconocerlo como una prioridad de salud pública. Más que una cuestión de cantidad, el descanso debe ser de calidad, sostenido y con hábitos saludables. Atender esta necesidad no es lujo: es una inversión directa en la memoria, en el bienestar emocional y en la salud cerebral.

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