¿Sabías que el tomate fue considerado venenoso durante siglos?
REDACCIÓN SALUD.-Aunque hoy en día es uno de los ingredientes más versátiles y populares del mundo, el tomate no siempre fue bien recibido, especialmente en Europa. Originario de América Central y del Sur, el tomate fue llevado a Europa tras la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI. Sin embargo, su recepción fue fría e incluso temerosa.
Los europeos lo relacionaron con otras plantas de la familia Solanácea, como la belladona, el estramonio y el beleño, muchas de las cuales son altamente tóxicas. Su apariencia brillante y su color rojo intenso, en lugar de ser atractivos, despertaban sospechas. A eso se sumaba la creencia de que cualquier fruta con semejanza a plantas venenosas debía ser peligrosa. De hecho, su nombre científico, Solanum lycopersicum, incluye el término "lycopersicum", que en latín significa "melocotón del lobo", reforzando su asociación con el peligro.
El rechazo fue mayor entre las clases altas, cuando algunos aristócratas comenzaron a enfermar o incluso morir poco después de consumir platos con tomate. Lo que nadie sabía en aquel entonces es que los culpables no eran los tomates, sino los platos de estaño con alto contenido de plomo. El ácido del tomate reaccionaba con el metal, provocando una intoxicación por plomo. Como consecuencia, se le atribuyó erróneamente al tomate la toxicidad que correspondía a la vajilla.
Las supersticiones no tardaron en expandirse. En algunos libros de botánica de la época se mencionaban posibles "gusanos venenosos" en las hojas del tomate y su sabor fue descrito como "rancio" o "demasiado fuerte para el paladar humano". Por esto, durante siglos, el tomate se utilizó principalmente como planta ornamental, especialmente en jardines decorativos de Italia y Francia, por sus vistosos frutos.
Todo cambió a finales del siglo XIX, especialmente en Italia, donde comenzó a incorporarse en platillos como la pizza napolitana, en la que el tomate encontró su lugar definitivo como ingrediente estrella. En Estados Unidos, la invención de la sopa de tomate enlatada por Joseph Campbell en 1897 fue otro hito que ayudó a redimir su imagen ante el gran público.
Hoy, lejos de su pasado oscuro, el tomate es celebrado por sus propiedades saludables: es rico en licopeno, un poderoso antioxidante; aporta vitamina C, potasio y fibra. Es un elemento indispensable en ensaladas, salsas, guisos, jugos, y platos típicos de prácticamente todos los continentes.