El hígado es uno de los órganos que más trabaja en nuestro organismo por lo que tenemos que preocuparnos por su salud. De hecho, el hígado es esencial para almacenar vitaminas y glucógeno pero también es el encargado de eliminar de la sangre todas las sustancias nocivas o tóxicas.
No obstante, como es el encargado de desintoxicar nuestro organismo, a menudo estas sustancias dañinas se acumulan y pueden provocar diferentes enfermedades. La buena noticia es que no tendrás que recurrir a medicamentos sino que puedes desintoxicarlo a partir de hierbas naturales.
1. Diente de león. De esta planta se utilizan tanto sus hojas como sus raíces, las cuales tienen propiedades laxantes y diuréticas. Gracias a su contenido en colina, también son ideales para ayudarle al hígado a cumplir sus funciones y tienen un efecto desintoxicante.
Puedes comerlas crudas, en ensaladas, aunque también puedes añadírselas a las sopas o caldos. Otra alternativa es hacer un té, normalmente esta planta se encuentra con facilidad en las herboristerías. Puedes mejorar su sabor añadiéndole un poco de miel o mezclándolo con otras hierbas.
2. Cardo mariano. Entre todas las hierbas, esta es una de las más beneficiosas para el hígado. Contiene betaina, una sustancia que protege al hígado, y también es rica en ácidos grasos esenciales que son útiles para controlar la inflamación de este órgano. No obstante, su verdadero secreto radica en la silimarina, una sustancia que actúa como un potente un antioxidante y promueve el crecimiento de nuevas células hepáticas.
La silimarina también ayuda con la digestión de grasas e impide la entrada de sustancias nocivas al interior de las células del hígado. Puedes preparar una infusión triturando entre 3 y 5 gramos de semillas por cada taza de agua.
3. Regaliz. Sus raíces son capaces de neutralizar las sustancias dañinas para el hígado, fundamentalmente gracias a la glicirrina, una sustancia que tiene además propiedades antiácidas, antiinflamatorias y antiulcerosas.
El regaliz no solo protege al hígado sino que también revitaliza sus células, tanto es así que es uno de los tratamientos indicados para la cirrosis hepática y la hepatitis B. No obstante, recuerda que su uso prolongado puede ser tóxico así que consulta siempre a tu médico.