Macarillas con aloe vera y otras recetas de belleza natural

El aloe vera o sábila, originario del sur de África, es una planta perenne que se caracteriza por sus hojas verdes, alargadas, duras, de consistencia carnosa y generalmente con espinas marginales.

Las flores, de color amarillo o rojo según la variedad, cuelgan todas ellas de un largo tallo. Crece en ambientes secos y soleados, con escasez de lluvias.

Se utiliza fundamentalmente el gel o jugo que se obtiene de la pulpa de sus hojas carnosas. Se puede recolectar en cualquier momento. Mayontariamente contiene agua y abundantes polisacáridos, aminoácidos, enzimas, sales minerales y vitaminas.

Propiedades curativas

El aloe ha sido utilizado desde la Antigüedad en la medicina tradicional de muchas civilizaciones. Sin embargo, no es hasta finales de la II Guerra Mundial cuando se confirma su gran valor terapéutico, al comprobar su eficacia en el tratamiento de las quemaduras.

El gel de aloe, aplicado sobre la piel, estimula la regeneración de la misma, con lo que acelera la cicatrización de las heridas, evita la infección y es antiinflamatorio. También tiene actividad antiviral, mejorando sensiblemente la evolución de los herpes. Asimismo, tiene efecto radioprotector, por lo que previene que la piel se queme ante las radiaciones ultravioleta. Como resultado de todas estas propiedades, este remedio es uno de los más completos y efectivos para tratar lesiones, quemaduras de primer y segundo grado, quemaduras solares, irritaciones de la piel y abrasiones.

Del mismo modo, es muy recomendable para tratar afecciones como psoriasis, eccemas, acné e infecciones por hongos. Debido a su contenido en mucílagos, también posee propiedades hidratantes y suavizantes de utilidad no sólo en terapéutica, sino también en cosmética para el cuidado y la belleza de la piel. Por otro lado, ingerido por vía oral es depurativo y tonificante. Se emplea como digestivo y en el tratamiento de la úlcera gastroduodenales.

Se puede encontrar el zumo fresco de aloe, que aunque se puede beber, lo más frecuente es usarlo externamente, aunque aún es más habitual adquirirlo en forma de gel, del que es el ingrediente principal (suele contener entre un 10 y 70% de aloe) o en una de las numerosas preparaciones en que se combina con otros ingredientes (cremas hidratantes, leches solares, productos para después del sol, geles de baño, cremas para el afeitado, máscaras faciales, barras de labios, etc.).

También se puede obtener gel puro de aloe de una manera casera. Basta con tenerlo plantado en macetas o en el jardín y fraccionar una hoja en trozos de unos 5 cm de ancho, a los que se le practica una pequeña incisión para que brote el jugo. Una vez recogido se ha de guardar en un tarro de cristal bien cerrado, protegido de la luz, el calor y la humedad.

Aloe vera o sábila y sus recetas de belleza

Mascarilla de aloe vera para el acné
Primero hacer un baño de vapor en la zona afectada a base de romero y manzanilla y luego aplicar la pulpa sobre la zona afectada durante 3 días y luego de 4 días repetir durante 1 mes.

Mascarilla de aloe vera y pepino para el cutis mixto
Cortar una hoja o pencha de aloe vera y un pepino.  Colocar los ingredientes en una licuadora y licuar por unos minutos.  Colocar la pasta resultante sobre el rostro mezclado con 1 cucharada de yogurt y miel.  Dejar puesta por 15 minutos.  Retirar con agua fresca.  Realizar esta mascarilla 1 vez por semana.

Baño de belleza con aloe vera
Rallar dos hojas de aloe. Guardarlas en una bolsita de gasa de algodón y sumergirla en la bañera llena de agua caliente. Tomar el baño de inmersión y, de vez en cuando, exprimir la bolsita para extraer jugo de aloe.

 Curiosidades

Existen más de 350 especies de aloe, pero solamente unas pocas tienen interés comercial por sus aplicaciones en terapéutica, siendo las más destacadas el Aloe barbadensis Miller (o Aloe vera £..), conocido como aloe de Barbados, y el Aloe ferox Miller, también llamado aloe del Cabo.

El aloe ha sido utilizado desde la Antigüedad en la medicina tradicional de muchas civilizaciones. Los chinos fueron los primeros en usarlo. En el Antiguo Egipto era de uso frecuente. Documentos históricos de romanos, griegos, hindúes, árabes y de otros pueblos de la línea cálida de la Tierra hablan de sus virtudes medicinales y cosméticas. Los españoles lo llevaron al continente americano durante su conquista. Así, se fue introduciendo en las plantaciones de las Antillas y en las regiones cálidas semídesérticas del sur de Estados Unidos.

Precauciones

Por vía oral no debe tomarse durante el embarazo, la lactancia ni tampoco los niños menores de seis años.

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